Esta filo-teología plantea una conclusión rescatista, pero solo para un “pueblo elegido” y, como daño colateral necesario, el abandono del resto del mundo.
Libertad sin consciencia social no es libertad. El concepto de un albedrío sin tener en cuenta las necesidades básicas de las mayorías da como resultado la opresión del conjunto.
Hay que tomar consciencia que las democracias están en vías de extinción ya que se degeneran por los mismos pueblos que las componen, dando lugar a totalitarismos simiescos “elegidos por la ignorancia de las masas” que acechan dentro de la emergencia de antipolíticas cada vez más corruptas y decrépitas.