La policía mató a un hombre con un arma blanca que intentó atacar una comisaría de París al grito de \”Alá Akbar\”.
El presidente de Francia, François Hollande, aseguró hoy (jueves 7) que la amenaza terrorista sobre su país sigue siendo “temible”, en un acto de homenaje que coincide con el aniversario del atentado contra el semanario satírico “Charlie Hebdo”.
Hollande insistió en que la misión de las fuerzas del orden “nunca desde hace décadas” había sido “tan necesaria, tan exigente, porque el terrorismo no ha dejado de hacer pesar una amenaza temible sobre nuestro país”.
Al cumplirse un año del ataque a la redacción de Charlie Hebdo, la policía mató a un hombre armado con un arma blanca que este jueves intentó atacar una comisaría de París al grito de “Alá Akbar”.
Este ataque tuvo lugar pocos minutos después de un discurso del presidente Hollande, que pidió a los servicios de seguridad franceses mayor cooperación ante el riesgo de atentados.
El hombre armado con un cuchillo intentó agredir a un policía en la entrada de la comisaría al grito de “Alá Akbar” (“Alá es el más grande”). Llevaba también un cinturón de explosivos, pero éste resultó ser falso, indicaron el ministerio del Interior y fuentes judiciales.
Un año atrás. Al grito de “Alá es más grande”, hombres armados atacaron hace un año los locales del semanario satírico Charlie Hebdo, matando a sangre fría a doce personas, entre ellas varias figuras de la redacción del periódico, que había sido amenazado por publicar caricaturas de Mahoma.
Este atentado sin precedentes, el más cruento cometido en Francia en decenios, hizo pensar rápidamente a una venganza de los islamistas radicales contra el periódico que publicó en 2006 caricaturas del profeta Mahoma.
Los agresores parecieran haber seguido consignas dadas por el grupo Estado Islámico (EI), contra el cual Francia interviene militarmente en Irak.
La redacción del semanario, sorprendida en plena conferencia de redacción, fue diezmada. Cuatro de sus caricaturistas, Charb, Cabu, Tignous y Wolinski, sumamente conocidos en Francia, estuvieron entre los muertos, así como dos policías, uno de los cuales fue rematado a sangre fría cuando estaba herido.
El atentado causó asimismo once heridos.
El presidente François Hollande, que se trasladó inmediatamente al lugar, denunció un “atentado terrorista” y llamó a la “unidad nacional”. Las banderas ondeaban a media asta en el palacio presidencial francés y en las dos cámaras del Parlamento.
El repudio al Estado Islámico no se hizo esperar en el mundo entero, aunque el daño ya estaba hecho.