El historiador indaga en la vida del marino en una tira gráfica dirigida al público infantil.
El itinerario de Cristóbal Colón y su llegada a América anima una historieta guionada por Felipe Pigna y Luciano Saracino -con ilustraciones de Fabián Mezquita- que desmitifica al personaje creado en torno a su figura y el supuesto descubrimiento de América.
“La idea básicamente de la historieta es contar quien fue Colón fuera de todos los mitos y como aquí en el continente hubo una resistencia importante, narrarla desde la mirada de los invadidos como el caso del cacique Caonabó y su compañera Anacaona, líderes de la rebelión contra el fuerte Natividad”, resume Pigna en diálogo con la agencia Télam.
Esta nueva colección de Planeta -que sigue a la de figuras y hechos históricos argentinos (San Martín, Sarmiento, Invasiones Inglesas, Revolución de Mayo, Rosas) – seguirá con dos nuevos títulos dedicados a Tupac Amaru y Juana Azurduy.
“La revisión de la historia oficial sobre el descubrimiento de América sigue en pie en pleno siglo XXI”, dice el historiador.
“Hay muchos que siguen repitiendo cosas que nunca ocurrieron: hasta hay un cuadro donde aparece un sacerdote embarcado en el primer viaje de Colón -menciona- cuando es una mentira, el viaje tuvo un carácter comercial y no hubo sacerdotes en esa expedición”.
Para Pigna, “las mentiras se reiteran en manuales y revistas infantiles y cuesta encontrar un relato donde se explicite el nivel de salvajismo, de crueldad, con el que se atacó a las poblaciones”.
El libro está planteado de una manera muy didáctica: “No quisimos hacer la clásica historieta histórica que es puro texto y no respeta el guión, cuando se trata de un género muy importante en la Argentina por lo cual es fundamental ser coherente con estas pautas”.
Las ilustraciones de Mezquita se acoplan sin dificultad a la vivacidad del guión y muchas de las ideas se resuelven con el trazo colorido y dinámico de los dibujos.
En la primera página hay una presentación que apunta a enmarcar la historia del continente que no comienza con la llegada de Colón en 1492 sino que había sido poblada hacía unos 20.000 años. “Los primeros habitantes de este inmenso continente llegaron desde Asía y desde Oceanía en oleadas sucesivas, por primeros por el norte y los segundos por el sur”.
También, se habla del grado de desarrollo de diferentes sociedades urbanas, como los aztecas o los incas, acerca de la cultura maya y sus asombrosos avances científicos, y el establecimiento de un calendario solar de 365 días.
Refiriéndose a la zona adonde llegaron los invasores españoles al mando de Colón, habitada por los taínos, había un cuidado especial por el medio ambiente. Los ancianos y los niños eran respetados porque estas sociedades veían en ellos la memoria y la sabiduría en un caso y el futuro en el otro.
“Colón nunca tuvo conciencia de haber llegado a un nuevo continente -subraya el historiador- el que se da cuenta de esto es Américo Vespucio, de ahí la denominación de América”.
Algo interesante señalado por Pigna, “es que la crítica a Colón no es una cuestión contemporánea sino que arranca con los reyes de España, a él lo mandan preso después del segundo viaje en el que también su hermano Bartolomé hace una serie de desastres, actos de corrupción, asesinatos, los reyes mandan a un veedor y la propia corona española lo tilda de criminal”.
Desde el espíritu aventurero que lo caracterizó desde pequeño, hasta los cuatro viajes que realizó con el apoyo -cada vez más reticente de los reyes de España-, en el último se perdió y tuvo que regresar, se va perfilando este genovés que ansioso de riquezas murió en el descrédito y la pobreza en Valladolid en 1506.
Con un guión claramente dirigido al lector infantil, se desarrolla esta historia que va desmontando esa visión eurocéntrica enfocada en ocultar el rol jugado por los conquistadores, entre ellos Hernán Cortés, Diego de Almagro, Francisco Pizarro y Bartolomé Ruiz.
“¿Con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan horrible y cruel servidumbre a estos indios? se preguntan los pocos hombres de la iglesia que salieron en defensa de sus verdaderos habitantes como Bartolomé de las Casas o Antonio de Montesinos.
Al final sobreimpresas sobre un mapa antigua sobresalen algunas frases que sintetizan lo ocurrido con la llegada de los españoles y luego de los portugueses, franceses y holandeses al continente.
“Las consecuencias de esos procesos -dice una de estas frases- nos duelen hasta hoy cada vez que una comunidad originaria debe reclamar por sus derechos atropellados, no precisamente por un ‘encuentro de culturas’ sino por la lógica del capitalismo globalizado que los ningunea a vivir en zonas marginales e improductivas”.