Nuestro enólogo llega a las 35 vendimias, treinta de ellas haciendo espumantes. Y qué mejor que celebrarlo con este lanzamiento.
Paradójicamente, el primer empleo tras recibirse de ingeniero agrónomo en su Mendoza natal fue en Termas Villavicencio, pero el tiempo y sus orígenes llevarían a Alejandro “Pepe” Martínez Rosell a transformarse en uno de los más experimentados creadores de espumantes de la Argentina.
Nació a pocos metros y se crió bajo los aleros de la bodega que supo construir su abuelo Bernardo, hace más de cien años, y hoy alberga a Rosell Boher. Y en esas cavas centenarias “Pepe” encuentra su mayor inspiración a la hora de dar vida, cual alquimista, a sus obras, que nos llenan de orgullo y placer.
Si el mundo se dividiera entre los que hacen y los que hablan, claramente “Pepe” estaría del lado de los que hacen; aunque quienes lo conocen, bien saben que podría pasarse horas hablando de burbujas, método champenoise, su familia y River Plate, sus pasiones.
Treinta y cinco vendimias pasaron, de las cuales treinta fueron dedicadas a elaborar verdaderos mitos, referentes ineludibles cada uno en su segmento, y que hoy lo llevan a presentar la Grande Cuvée Millésimée 2012, la nueva producción de uno de los íconos de la bodega.
Este nuevo espumante mantiene su composición tradicional de Pinot Noir en un 85% y Cardonnay en el 15% restante, así como un mínimo de 40 meses sobre borras finas y todo el linaje del método champenoise que distingue a Rosell Boher.
Con 12,9° de alcohol y 11,5 gramos de azúcar por litro, se presenta a la vista de color amarillo dorado y con una burbuja fina y persistente, mientras que sus aromas recuerdan a pan tostado, coco, avellanas, vainilla y almendras, producto del breve paso de parte del vino por madera. Es pleno en boca, de buena acidez y cuerpo intenso. Sus sabores son complejos. El largo tiempo de madurez sobre borras finas le incorpora notas como frutas cocidas, tostados y levaduras de panadería.
A partir de los próximos días podrá encontrarse en vinotecas a 550 pesos.