El enorme salto del tigre

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Los países del sudeste asiático, salvo Japón, han dado vuelta el eje de la economía global. Del Atlántico (Estados Unidos-Europa) pasó en las últimas dos décadas a Oriente, en especial a China e India. Un enorme crecimiento del PBI y de las reservas.

Por Gustavo Fiuma

Un informe reciente del banco HSBC señala que, en 1970, entre las veinte mayores economías del mundo once eran europeas y en 2010 ya son  sólo siete. Según las proyecciones del HSBC, hacia 2050 habrá únicamente cinco (Reino Unido, Alemania, Francia, Italia y España). Por el contrario, si entre esas veinte primeras economías había únicamente tres países asiáticos en 1970 (Japón, India y China), ese número aumentó a cuatro en 2010 (los tres anteriores más Corea del Sur) y en 2050 serán seis (China, India, Japón, Corea del Sur, Indonesia y Malasia).

El auge pasado, presente y potencial de Asia de fines del siglo XX y principios del siglo XXI es un fenómeno de enorme alcance. Por sus efectos sobre el conjunto del mundo ha sido comparado con la Revolución Industrial e incluso con el Renacimiento.

Crecimiento económico. Las mayores economías de Asia, con la excepción de Japón desde 1990, cuando inició su larga recesión, registraron un alto crecimiento en las últimas décadas. Esa expansión, que fue superior a la del resto del mundo, permitió a los países asiáticos escalar posiciones en el ranking de principales economías del planeta, según el PBI. En 1990 entre las quince mayores economías del mundo había cuatro asiáticas: Japón (2°), China (10°), India (12°) y Corea del Sur (15°); veinte años después, en 2010, China pasó al segundo lugar, India subió al 10° y Corea del Sur se mantuvo en el 15°, mientras que Japón bajó al 3°.

El crecimiento anual promedio del PBI fue muy superior en Asia, sin contar Japón, que en el resto del mundo. Ha rondado el 8 % en Asia oriental y Pacífico y el 7% en Asia meridional, frente al 3% del conjunto del mundo y el 2,5% de los países de ingreso alto. Es más, el crecimiento fue del 10% en China desde 1980 y el 8% en la India desde 2000.

El resultado de este diferencial de crecimiento ha sido, como es lógico, un aumento pronunciado de la participación de Asia en el PBI mundial, que en conjunto pasó del 17,6% en 1980 al 26,7% en 2010. Ese aumento se registró a expensas de la Unión Europea (UE), cuya porción cayó del 34,1% en 1980 al 24,9% en 2010, a pesar de sus sucesivas ampliaciones, y también de Estados Unidos, cuya participación se redujo del 26% al 23,3%.

El auge de Asia en la economía mundial se produjo con un declive muy notable de Japón, hasta hace poco la segunda mayor economía del mundo y la tercera desde 2010.

A nivel país, los principales protagonistas del auge de Asia han sido China, que pasó del 1,9% en 1980 al 9,3% en 2010; India que aumentó del 1,7% al 2,4%; y varios países del resto de Asia, zona que, en conjunto, pasó del 4% al 6,2%. Se estima además que para 2016 China e India seguirá creciendo hasta el 12,4% y el 3,1%, respectivamente.

Las proyecciones del FMI señalan que la tendencia se acentuará ya que para el 2016 el peso de Asia alcanzará el 30% mientras que el de la UE seguirá reduciéndose hasta el 23%.

Entre 2005 y 2010, China fue responsable del 20,9% del crecimiento mundial, una proporción mayor que las de la UE (14,4%) o EE.UU. (11,6%).

Comercio exterior. En lo que se refiere a las exportaciones de mercancías, el peso relativo de Asia ha pasado del 26,1% en 1993 al 31,5% en 2010. El aumento del peso de China en las exportaciones mundiales de bienes ha sido espectacular: pasó del 2,5% en 1993 (menos que la parte de América Latina, que fue del 4,4%) al 10,4% en 2010 (frente al 5,8% de Latinoamérica). China es el mayor exportador mundial desde 2009 y sus ventas al exterior ascendieron a 1,57 billones de dólares en 2010, muy por delante ya de EE.UU. (1,27 billones de dólares). También se ha producido un aumento muy pronunciado de las exportaciones de la India (0,6% del total mundial en 1993 a 1,4% en 2010), aunque la proporción alcanzada es claramente inferior a la de China. Los principales exportadores asiáticos, según datos de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en 2010 fueron los siguientes: China, Japón, Corea del Sur, Hong Kong, Singapur, Taiwán, India, Malasia, Tailandia e Indonesia.

En cuanto a las importaciones de mercancías, el peso relativo de Asia ha pasado del 23,6% en 1993 al 29,9% en 2010. Esa región se mantiene todavía a cierta distancia de la UE (que representó el 38,8% en 2010). En este caso también, el aumento de la parte de Asia se ha registrado sobre todo en tiempos recientes, ya que, aunque el peso de China e India ha crecido, tal aumento se ha visto compensado por la caída del peso de Japón, que ha pasado del 6,4% en 1993 al 4,5% en 2010. En cualquier caso, también en importaciones de mercancías el auge de China ha sido espectacular: su cuota de las importaciones mundiales ha aumentado del 2,7% en 1993 al 9,1% en 2010. El incremento del peso de la India en las importaciones mundiales ha sido menos espectacular que el incremento de su proporción en las exportaciones mundiales. China es, desde hace años, el segundo mayor importador mundial, situándose por delante de Alemania y por detrás únicamente de EE.UU. En 2010 las importaciones chinas fueron de 1,4 billones de dólares. Los principales importadores asiáticos en ese año fueron, en este orden, China, Japón, Hong Kong, Corea del Sur, India, Singapur, Taiwán, Tailandia, Malasia e Indonesia.

En lo que atañe al comercio internacional de servicios, la parte de Asia en las exportaciones mundiales de servicios aumentó del 22,1% en 1993 al 26,6% en 2010. Aunque la parte de China ha crecido mucho, del 1,6% en 1993 al 4,6% en 2010, incluso más impresionante ha sido el aumento de la proporción de la India, que se quintuplicó en ese período al pasar del 0,6% en 1993 al 3% el año pasado. Ese aumento espectacular se debe sobre todo a la fuerte competitividad internacional de las exportaciones indias de servicios de tecnologías de la información (STI).

La parte de Asia en las importaciones mundiales de servicios comerciales se ha mantenido estable entre 1993 y 2010 pese al fuerte aumento de la proporción de China y, sobre todo, de India. Estas dos protencias emergentes, conjuntamente, concretaron casi el 9% de las importaciones mundiales de servicios en 2010, un porcentaje que no está ya muy alejado del de EEUU (10,2%).

Energía y otras materias primas. Al analizar la evolución del consumo de energía primaria, de carbón, de petróleo y de gas natural entre 1990 y 2010, se destacan varios aspectos importantes. En primer lugar, la cuota de Asia en el consumo mundial de energía primaria creció del 22% en 1990 al 38,1% en 2010. Ese aumento se debe, prácticamente en su totalidad, al incremento del consumo de China e India, que ha pasado del 10,8% al 24,6%. El consumo de esos dos países se ha triplicado entre 1990 y 2010. China e India son responsables de más de la mitad del aumento en el consumo mundial de energía en los últimos veinte años.

Un segundo aspecto destacado es que el consumo de carbón de Asia (sobre todo de China y, en menor medida, de la India) se ha multiplicado por tres en el período en cuestión, mientras que el consumo mundial aumentó un 60%. Beijing, por otra parte, eexplica en 2010 casi la mitad del consumo mundial de carbón.

En tercer lugar, el consumo de petróleo de Asia se ha duplicado entre 1990 y 2010 (el de China se ha cuadruplicado). La región fue responsable de casi dos terceras partes del aumento de consumo de petróleo en el mundo (a China e India les correspondió más del 40%).

Finalmente, en cuanto al gas natural, el peso relativo de Asia es mucho menor (17,9% en 2010). Sin embargo, el consumo de China se septuplicado y el de la India se quintuplicó, mientras que el consumo global creció sólo un 60%.

En lo que se refiere a materias primas distintas del petróleo, baste señalar que la parte correspondiente a Asia del consumo mundial de varios minerales y metales, que rondaba el 40% a principios del 2000, se acercó en 2009 al 65%. Es especialmente notable el aumento del peso de China, que supone ya más del 40% del consumo mundial de aluminio o zinc y entre el 35% y el 40% de cobre y níquel.

Inversiones extranjeras y en el extranjero. Asia, además, se ha convertido en una región que ha recibido una creciente inversión directa extranjera (IDE). Entre 1990 y 2010 ese rubro aumentó de 24.400 millones de dólares (el 11,8% del total mundial) a 276.000 millones (el 24,7% de total mundial).

Los principales países receptores son China, Hong Kong y la India. En los tres casos, su parte de la IDE mundial tabién creció de manera sustancial. Entre 1990 y 2010, la proporción de China pasó del 1,6% al 9%; la parte de Hong Kong creció del 1,6% al 5,6% (parte de la IDE en Hong Kong acaba en China); y el peso relativo de la India aumentó del 0,1% al 2,1%. Por lo tanto, China se ha consolidado con un receptor privilegiado de la inversión multinacional: incluyendo Hong Kong, en 2010 recibió 163.700 millones de dólares, el 14,6% del total global. China, incluyendo Hong Kong, recibe ya más inversión directa que el conjunto de América Latina y el Caribe (141.100 millones de dólares).

Menos conocido que la IDE en Asia es el proceso de inversión en el exterior por parte de empresas de los países asiáticos. En primer lugar, el peso relativo de Asia como zona de origen de la IDE disminuyó entre 1990 y 2010, del 24,7% del total mundial al 20,9%. La razón es el pronunciado descenso de la parte de Japón, que suponía la quinta parte de la IDE mundial en 1990 y sólo el 4% en 2010. Por el contrario, China, que invirtió en el extranjero apenas 830 millones de dólares en 1990 (el 0,3% del total mundial), veinte años más tarde, en 2010, realizó  inversiones en el exterior por 68.000 millones (el 5,1% del total mundial). En 2010, China invirtió fuera de sus fronteras más que Japón. En cuanto a la IDE india, su peso empieza a ser apreciable: fue de 15.900 millones en 2009 con un crecimiento extraordinario en los últimos años, aunque en 2010 registró una ligera caída.

La IDE japonesa en el extranjero (73.500 millones en 2007 y 128.000 millones al año siguiente) se recuperó, hasta el comienzo de la crisis financiera internacional reciente, tras muchos años de declive provocados por la prolongada recesión interna. En 1990 era de 48.000 millones de dólares, año a partir del cual empezó a caer (rondó los 15.000/30.000 millones hasta 2000). En 2006, con 50.200 millones, recuperó el nivel de 1990. En 2008, las principales zonas de destino de la IDE japonesa fueron EE.UU. (34,2%), Asia (17,8%, especialmente China, India y Singapur) y la UE (17,5%), con una inversión significativa (17,2%) en las Islas Caimán, por razones fiscales. En 2010, la IDE de Japón fue de 53.700 millones, lo que indica el efecto negativo de la crisis internacional en la expansión de sus empresas en el extranjero.

Según datos de la UNCTAD, el stock de inversión directa china en el extranjero creció ocho veces, de 27.768 millones de dólares en 2000 a 229.600 millones en 2009, mientras que la de India lo hizo cuarenta veces, de 1.733 millones en 2000 a 77.207 millones en 2009. Esos datos ponen de manifiesto que China y, en menor medida, la India se ha convertido en los últimos años en importantes inversores en el extranjero, aunque su participación conjunta del flujo total mundial sigue siendo todavía relativamente pequeña (6,5% en 2009). Las inversiones chinas en el extranjero están protagonizadas por un reducido grupo de empresas cuya marca comienza a ser conocida a escala internacional (Lenovo, Haier, Huawei, TCL, ZTE, CNOOC, Sinopec, etc.). Los principales sectores son los de energía y materias primas, tecnologías de la información y la comunicación (TIC), industria pesada y electrónica.

Cabe esperar que la inversión china en el extranjero aumente de forma apreciable en los próximos años. Algunas estimaciones sitúan la inversión promedio anual, en 2010-2020, entre 100.000 y 200.000 millones de dólares. En lo que atañe a la inversión en el exteterior de empresas indias, es de mucho menor tamaño, aunque se verifica un aumento  importante en los últimos años. A diferencia de la inversión china, la de la India se destina en un 70% a la UE y EE.UU. Los principales sectores son los del software (con las inversiones de Infosys, TCS o Wipro), industria farmacéutica (Dr. Reddy, Tata Group o Ranbaxy) y componentes de automoción (Tata Motors, Mahindra & Mahindra, Bharat Forge, etc.).

Reservas en divisas. La acumulación de reservas en varios países asiáticos ha sido impresionante en los primeros años del siglo XXI. Entre diciembre de 2001 y abril de 2011, las reservas de China pasaron de 212.000 millones de dólares a más de 3 billones. Las de Japón crecieron de 388.000 millones a más de 1 billón. Taiwán, Corea del Sur, India, Hong Kong y Singapur también han visto aumentar enormemente sus reservas en divisas. Las razones por las que los países asiáticos han acumulado reservas son bien conocidas. Una de ellas es la esterilización del superávit corriente y/o de las entradas de capital mediante la adquisición de divisas con el fin de contrarrestar el aumento de la demanda de moneda nacional y, por tanto, su apreciación, que hubiese sido muy nociva para las exportaciones de bienes y servicios. Otro motivo ha sido el de crear un seguro ante el riesgo de una crisis de balanza de pagos. No hay que olvidar que la India tuvo una grave crisis de ese tipo en 1991, que Corea del Sur se vio directamente afectada por las crisis asiáticas de 1997/1998 y que China, Hong Kong, Taiwán o Singapur vivieron muy de cerca dichas crisis.

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