El propietario es un veterinario de la ciudad santafesina de Rufino que ahora tiene problemas con la AFIP.
Un total de 450.958 dólares estadounidenses, 141.731 pesos y gran cantidad de joyas, la mayoría de ellas de oro, fueron robadas con una garrafa de gas de 10 kilos.
El infortunio pertenece a un veterinario santafesino y su inusual “caja fuerte” era el doble fondo de la garrafa que le fue sustraída por ladrones.
Sin embargo, tuvo tanta suerte que, después de diversos allanamientos, la policía encontraron la garrafa. Los ladrones no se habían percatado del particular contenido: más de cinco millones de pesos.
La investigación judicial descubrió que la garrafa había sustraída por una empleada doméstica de la vivienda de Carlos Olguín, la víctima. Interrogada tras ser acusada por hurto, la trabajadora dijo que necesitaba la garrafa, pero que desconocía que su patrón la usara como caja fuerte.
Hallado el dinero y las joyas, personal policial lo trasladó hasta la sede del Nuevo Banco de Santa Fe para realizar un depósito judicial del dinero secuestrado, en el marco de un fuerte operativo de custodia.
Pero ahora Olguín tiene otro problema: tiene que justificar ante la AFIP y la justicia de dónde lo sacó.