Dirigió una carta a Gabriel Conte, con quien se había reunido en agosto en el Vaticano y recibido su \”pin\” del desarme.
El papa Francisco reiteró en una carta su respaldo a la tarea que miles de personas realizan en el mundo con la finalidad de controlar el uso de armas de fuego y balas, y su esfuerzo por generar políticas públicas de desarme de la población civil.
La misiva fue recibida por el argentino Gabriel Conte, quien en agosto último lo había visitado en la Santa Sede por invitación del pontífice.
En el Vaticano, Conte le entregó cartas de las organizaciones CLAVE (Coalición Latinoamericana para la prevención de la violencia armada), IANSA (la International Action Network on Small Arms) y de otras entidades tales como la Red Argentina para el Desarme, Pax Christi, Viva Rio y la Asociación Marcenac.
En la carta, el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parrolín, expresa textualmente: “Me complace comunicarle el agradecimiento del Santo Padre apreciando sus intenciones que lo han motivado, y no deja de reafirmar la necesidad de la lucha contra la proliferación de las armas y la construcción de un mundo libre de la violencia, en el que la humanidad pueda vivir en paz”.
Tras la visita del dirigente social argentino al papa en Roma, éste ya había hecho público en dos oportunidades su llamado a desterrar la presencia masiva de armas de fuego en el mundo.
Conte le pidió que “cada religioso en cada lugar del mundo en que se encuentre avance en desarmar a la población civil y construya una comunidad que resuelva sus conflictos en paz”.
La semana pasada, en nombre de CLAVE Conte participó del Tercer Seminario sobre Control de Armas de Fuego realizado en La Paz, Bolivia, organizado por CEJIP.
Allí, junto a Juan José Lima Magne, formuló sus aportes a la puesta en marcha de la Ley de Armas de ese país y alimentó la necesidad de tener una política de desarme. “La buena situación económica que está viviendo Bolivia -dijo entonces en la vicepresidencia de ese país- fomenta que los grandes capitales y el tráfico de armas vean a las personas tan solo como un potencial mercado, sin importarles las consecuencias de venderles herramientas que solo sirven para matar”.