Lanza el álbum \”The Endless river\”, recopilación de canciones antiguas pero inéditas, con arreglos frescos, con los que pone punto final a su discografía.
por Jacques Klopp / Anthony Lucas
Dos décadas después de su último disco, Pink Floyd publica hoy (viernes 7) un nuevo álbum, “The Endless river”, recopilación de canciones antiguas pero inéditas, con arreglos frescos, con los que pone punto final a su discografía.
Aunque el título “El río sin fin” sugiere el infinito, se trata del último disco de la banda, prometió el guitarrista David Gilmour, de 68 años, responsable del proyecto con su viejo amigo en la batería, Nick Mason.
Concebido como un homenaje al teclista Rick Wright, que murió de cáncer en 2008, el álbum se basa en las tomas descartadas de “The Division Bell”, lanzado en 1994.
“The Division Bell” estaba destinado a ser un álbum doble con una parte instrumental. Pero por falta de tiempo, mucho material quedó fuera. Hasta que Gilmour y Mason decidieron recuperarlo hace dos años, añadiendo “unas pocas guitarras aquí, un poco de batería por allá” y volviendo a grabar algunas partes.
Musicalmente, el disco seducirá a los fans de siempre y no atraerá a muchos nuevos, porque no hay piezas pegadizas y de fácil acceso.
Dividido en cuatro partes, el disco es casi exclusivamente instrumental, salvo la canción “Louder Than Words”, que lleva ya sonando hace unas semanas.
El sonido es puro Pink Floyd. Un diálogo mil veces reinventado entre los sintetizadores de Rick Wright y las guitarras de David Gilmour. El disco se inicia con una introducción únicamente de teclado (“Things Left Unsaid”) antes de embarcarse en este “Río sin fin” que, durante un poco más de 50 minutos, nos paseará por paisajes sombríos o más abundantes, a veces tranquilo (“Ebb and Flow”), otras agitado (“Sum”, “Allons-y”).
Stephen Hawking aparece en el disco. El astrofísico británico, que habla con la ayuda de un ordenador y ya apareció en el disco “The Division Bell”, participa en uno de los logros del nuevo álbum, la canción “Talkin’ Hawkin'”.
Pese a tratarse de material antiguo, “El río sin fin” ha creado muchas expectativas. El entusiasmo fue tal que algunos pensaron que Roger Waters, quien dejó el grupo hace 29 años, estaba en el disco.
El bajista, que recién acabó una gira de tres años con la ópera-rock “The Wall”, la obra más famosa de Pink Floyd, tuvo que salir al paso con un comunicado publicado en su página de Facebook.
“No tengo nuevo álbum”, escribió. “David Gilmour y Nick Mason tienen nuevo álbum. Se llama ‘Endless River’. David y Nick constituyen el grupo Pink Floyd. Yo, en cambio, no soy parte de Pink Floyd. Me fui de Pink Floyd en 1985”.
“¡Vamos! No es tan complicado, a ver si lo entendéis”, sentenció.