Los diputados dieron luz verde por 524 votos a favor y 43 en contra.
El Reino Unido se sumará a la ofensiva aérea contra Estado Islámico (EI) en Irak tras recibir este viernes permiso del Parlamento, justo cuando los bombardeos obligaron a los yihadistas a dejar de extraer petróleo.
Los diputados dieron luz verde por 524 votos a favor y 43 en contra y el gobierno tiene ahora manos libres para sumarse a la coalición liderada por Estados Unidos y bombardear en Irak.
Si Cameron quiere extender la campaña a Siria, como ha hecho Washington, tendrá que volver al Parlamento (Bagdad ha pedido a varios gobiernos extranjeros esa ayuda, a diferencia de Damasco).
“Se trata de una misión que va durar no solo meses sino años, pero creo que tenemos que estar preparados para ese compromiso”, dijo Cameron a los diputados.
El líder de la oposición laborista, Ed Miliband, dio su apoyo al gobierno pero dijo que hará falta algo más que bombardeos.
“Tenemos que aprender las lecciones del pasado y ser claros con los británicos, eso significa disponer de una estrategia global, humanitaria y política, además de militar”, sostuvo Miliband.
Un diputado laborista, Rushanara Ali, dimitió en protesta por el apoyo de su grupo.
Más países en la coalición. El Reino Unido no fue el único en anunciar su participación en la campaña estadounidense, ya que Holanda, Bélgica y Dinamarca pusieron a disposición de la coalición aviones de combate F-16, mientras que Australia y Grecia anunciaron la entrega de material militar a los combatientes kurdos en Irak.
Por su parte, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan aseguró el viernes que la posición de su país sobre la lucha contra el EI había cambiado tras la liberación de un grupo de rehenes turcos, dando a entender que podría unirse a la coalición militar internacional contra el grupo yihadista.
En la frontera de Turquía con Siria, cientos de kurdos turcos derribaron la valla que separa a ambos países e ingresaron en territorio sirio con el fin de unirse a las fuerzas kurdas que luchan contra los yihadistas, constató la AFP.
Según los servicios secretos estadounidenses, más de 15.000 combatientes de más de 80 países diferentes se unieron a las filas de los grupos yihadistas en Irak y en Siria.
En ese sentido, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas instó el miércoles a los Estados, que temen atentados al regreso de estos combatientes a su territorio, a impedir a sus ciudadanos enrolarse en estos grupos extremistas.