Las negociaciones entre el Gobierno de la presidenta Cristina Kirchner y los “fondos buitre” se encuentra empantanada, y mientras hay quienes sostienen que se destrabará en breve otros ven crecer las posibilidades de que se declare el “default técnico” el próximo día 30, opción por la que, cada día que pasa, se inclina más el ministro de Economía, Axel Kicillof.
Una fuente cercana al titular del Palacio de Hacienda reveló hoy a gacetamercantil.com que ese escenario “no puede descartarse”. En la cartera económica consideran que podría ser la única alternativa a la cerrazón del juez neoyorquino Thomas Griesa a reponer el “stay” que permitiría que el país le pague el último vencimiento, el del 30 de junio, a todos los acreedores con bonos reestructurados, mientras avanza la negociación entre el Ejecutivo y los “holdouts” para cancelar por completo esa deuda. ¿Se trata de algo cierto, que ronda la cabeza del ministro, o solo de un “apriete” más en el marco de las conversaciones en las que media el abogado Daniel Pollack?
El “default técnico” tendría una serie de “virtudes”, según la fuente gubernamental. “Nos permitiría llegar a enero, cuando ordenaríamos todo con los ‘holdouts’ con un solo bono y sin intermediarios bancarios”, explicó. Y a Griesa lo sacaría del escenario sin que tenga que dar el brazo a torcer.
Del otro lado, el enorme riesgo de declarar la cesación, que sería parcial ya que no entrarían los bonos “europeos” o de otros orígenes “no estadounidenses”, es la reacción, previsible, de los mercados: se dispararía el “dólar blue”, como a comienzos de año, lo que podría producir un rebrote inflacionario que instalaría al IPC en un nuevo escalón. Pero también hay costos imprevisibles, como cada vez que se toma una decisión de tal magnitud, en particular por el contexto económico y político de la Argentina.
La fuente de Economía negó, sin embargo, que detrás de este sablazo, el del “default técnico”, exista una especulación política de Kicillof. La salida “lateral” de la cesación de pagos tiene un inocultable tono reivindicativo y “nacionalista”, y sería la consumación del enfrentamiento directo con el “imperialismo”, encarnado naturalmente en los “fondos buitre”, por su actitud “rapaz” e “irresponsable”, según viene insistiendo el discurso gubernamental. En el final de ciclo del kirchnerismo el único que podría sacar un rédito político del “default” sería Kicillof, que podría intentar una candidatura (¿en la Ciudad?) para capitalizar el enojo que, según las encuestas, causan los “buitres” en la sociedad.
Una consulta entre economistas y empresarios sobre las posibilidades de declaración del “default” arrojó un resultado que, a esta altura, no sorprende: la mayoría consideró que el Gobierno parece avanzar en esa dirección.
En todos estos años algo que no puede negársele al kirchnerismo es su audacia, tanto como su capacidad para el autodaño ¿Será ésta una salida al problema o una entrada al infierno tan temido?
* Director de gacetamercantil.com