Con su muestra en la Catedral de La Plata Silvana Robert ratifica su visión sensible del mundo femenino. Ahora exhibe una cincuentena de obras en las que incluye, mayoritariamente, pinturas de mediano y gran formato junto a dibujos.

La nueva muestra de Silvana Robert se llama “Filum”, que significa hilo en latín, y la artista en esta serie eligió este elemento con el que juegan los personajes, y el nombre se ancla en el significado que va más allá del objeto: “filum” es hilo pero también la palabra desde donde se desprende filial, y eso tiene que ver con la familia y los lazos que unen de manera invisible a sus integrantes.

En las obras de Robert siempre hay personajes solitarios con grandes espacios que rodean a la figura. Salvo en algunas, en donde aparece el mismo personaje repetido varias veces sobre la misma obra.

En estos trabajos Robert incluye pequeñas figuras casi imperceptibles que las traslada a un acto gestual, expresivo, sin tener que responder a la necesidad de un dibujo realista. Trabaja sobre telas pero no exclusivamente, también pinta sobre maderas, las que le permiten actuar con gubias para darles texturas. En algunas obras la temática se desarrolla en un bosque y ella señala que eligió este soporte porque la emparenta con el origen mismo. Para la artista, la madera “está viva, y tiene una energía especial: si entrás a una casa que tiene mucha madera te sentís diferente a otra hecha con mucho cemento”.

Otro soporte que incluye en esta muestra es el papel, sobre el que dibuja e interviene con cortes, como en el cuadro en el que aparece una niña en la parte superior de la hoja y el resto está cortada con líneas paralelas. En los dibujos realizados con grafitos tiene como dos vistas: de lejos parecen ser en la escala de los grises; de cerca, sobre los fondos hay unos sutiles toques de color.

Para las obras, comenta la artista, busca las modelos y hace sesiones de fotos. “Primero boceto, como una especie de preproducción de cómo quiero a los personajes y con qué actitud corporal; en otra dejo fluir el momento y permito que sean los protagonistas los que impongan su modo, como en el caso de las pinturas y los dibujos de las pequeñas niñas rubias, que son dos mellizas muy tímidas cuyas sus posturas corporales lo reflejan. De hecho una de ellas no quiso ponerse el vestido de florcitas, prefirió continuar con la ropa que traía: una remera y un pantalón. Estas hermanitas jugaban con unos hilos de colores, que yo había llevado, y se muestran muy entusiasmadas en quitarles los nudos, de ahí sus caras de concentración”.

Cuando no prepara previamente a sus modelos, Silvana Robert elige hacer, especialmente en la playa, fotos que retratan momentos casuales, donde muchos de los retratados ignoran que están siendo “capturados”. En otras obras, sobre los fondos hay frases, algunas que corresponden a partes de canciones y otras a poemas, especialmente en esta serie con fragmentos de trabajos de Roberto Juarroz.

“En mis últimos trabajos también aparecen hilos y lazos, y mientras pinto escucho música. En esta serie comencé escuchando “Canciones desde el laberinto”, de Sting (una obra basada en la música de John Dowland, un compositor británico del siglo XVII), que tiene cierto toque de espiritualidad” relata Silvana.

Parece acertada la elección de acompañarse de esa música ya que la idea de laberinto remite a la mitología griega, a Teseo, un joven que se dispone a ingresar a un laberinto donde vivía el Minotauro para matar a ese monstruo, que se alimentaba de jóvenes atenienses. Fue Ariadna, la hija del rey Minos, que enamorada de Teseo ideó un plan para que encontrara la salida, que consistía en recorrer el laberinto llevando un ovillo de hilo que estaba atado a la entrada. Así, cuando matara a la bestia, podría seguir el hilo y encontrar el camino hacia la salida.

No obstante, Robert plantea su obra desde lo figurativo. “Pero si estoy escuchando y algún tramo de la letra me llama la atención, como me pasó con una canción de Vicentico, que dice ‘voy a volverme viento para entrar en cada hueco que dejaste sin cerrar’, y lo incorporo, seguramente, porque esa frase se conecta con algo que me está pasando a mí”.

En algunas de sus obras sobre telas rectangulares Robert ubica a su personaje como si una luz lo iluminara, una gran fuente de luz como un reflector. En otras prefiere dar la sensación de que la imagen que vemos está proyectada de una manera cinematográfica, “Influencias que me llegan desde mi experiencia como espectadora de cine”, acota.

Estos trabajos suelen tener líneas o sectores alrededor de las figuras como si se tratara de zonas de protección, como dice la artista con una mirada maternal: “Es una manera de cuidar, especialmente a esos seres, en especial a las más pequeñas”.

Además de contar con un talento especial para el dibujo y la pintura, los trabajos de Silvana Robert exudan ternura y nos llevan en un viaje a nuestro niño interior. En la muestra presentada en las entrañas de la Catedral platense, el acompañamiento de una música tranquila hace de la recorrida una experiencia emocionante.

Fundación La Catedral, en calle 14 entre 51 y 53, de La Plata. De martes a domingos de 11 horas a 19 horas.