Según científicos, muestra nueva evidencia de que el ser humano primitivo pertenecía a una única especie con muchos aspectos diferentes.
Científicos georgianos mostraron este viernes un cráneo de 1,8 millones de años que ofrece, según ellos, nueva evidencia de que el ser humano primitivo pertenecía a una única especie con muchos aspectos diferentes.
Su investigación, difundida el jueves en la revista Science, reavivó el debate sobre la evolución humana.
A diferencia de otros fósiles conocidos del género Homo, este cráneo muy bien conservado hallado en Dmanisi, un sitio arqueológico en Georgia, está constituido por una pequeña caja craneana, una cara grande y dientes largos, recalcaron los investigadores, subrayando que se trata del antepasado más antiguo del ser humano descubierto fuera de África.
Según esta hipótesis, las diferentes especies a las que hace referencia la paleobiología, como el Homo habilis y el Homo rudolfensis, eran todos antepasados del Homo erectus que diferían solamente en su apariencia.
“En este cráneo -y en otras muestras provenientes de Dmanisi- vemos en un solo grupo todos los rasgos que antes, pensábamos, identificaban a grupos diferentes”, declaró el director del Museo Nacional de Georgia, David Lordkipanidze, a la AFP, tras la presentación del cráneo este viernes en la capital georgiana.
Los hallazgos de estos paleontólogos difieren de otras investigaciones recientes publicadas en agosto de 2012 en la revista británica Nature.
El paleobiólogo Bernard Wood, profesor de la Universidad George Washington, se dijo “muy escéptico” el jueves sobre los resultados del análisis del cráneo de Dmanisi.
Wood declaró a la AFP que el método utilizado por los autores no tiene en cuenta otras diferencias importantes entre las muestras.
Según este experto, este cráneo sin precedentes por sus características “en realidad podría ser el de una nueva especie de homínido”.