El programa nacional se basó en la experiencia piloto de Mendoza del año 2000, el primer programa en la materia en Sudamérica.
El Programa Nacional para la Entrega Voluntaria de Armas de Fuego de Argentina se encuentra entre los finalistas al premio Política del Futuro 2013, que será anunciado en la ONU el 23 de octubre.
En la lista hay otros dos planes latinoamericanos, según informó este jueves (17) el Centro de Noticias de las Naciones Unidas: el Tratado de Tlatelolco y la Abolición del Ejército de Costa Rica.
El reconocimiento, otorgado por el Consejo Mundial del Futuro en colaboración con la Oficina de la ONU para Asuntos de Desarme y la Unión Interparlamentaria, destaca este año políticas de desarme de los cinco continentes que han contribuido a la paz, al desarrollo sostenible y a la seguridad.
Los temas de desarme han ocupado un lugar preponderante en los titulares de 2013, y han incluido las amenazas del uso de las armas químicas y nucleares, y la adopción del histórico Tratado sobre el Comercio de Armas por los Estados miembros de la ONU.
Políticas adoptadas por Mongolia, Bélgica, Nueva Zelanda, Mozambique y Sudáfrica también se encuentran entre los finalistas del Premio Política del Futuro, que promueve las mejores prácticas en estrategias para estimular el desarme y crear mejores condiciones de vida para las generaciones presentes y futuras.
Argentina, pionera en Sudamérica. El Programa Nacional para la Entrega Voluntariade Armas de Fuego fue una iniciativa de un grupo de organizaciones sociales nucleadas desde 2004 en la Red Argentina para el Desarme (RAD), pero que ya venían trabajando desarticuladamente en la materia desde 2000 en respaldo a la iniciativa que se puso en práctica, por primera vez en Sudamérica, en la provincia de Mendoza.
Así lo han reconocido entidades que ahora suman esfuerzos en todo el continente desde la Coalición Latinoamericana para la Prevención de la Violencia Armada (Clave).
Antonio Rangel Bandeira, el líder brasileño del desarme e integrante de la ONG “Viva Rio”, fue quien puso de manifiesto que Mendoza les “abrió el camino a todos” con la experiencia piloto de los años 2000 y 2001.
A partir de allí, se constituyó la Red Cuyana para el Desarme, iniciativa de la ONG “Espacios para el Progreso Social”, que sumó a clubes deportivos, medios de comunicación, entidades educativas, centros culturales, asociaciones gremiales de trabajadores y empresarios.
En Mendoza se trabajó con 2000 escuelas y 500 mil alumnos en un plan de sensibilización que incluyó la destrucción de juguetes bélicos y tareas escolares que incluyeron a las artes, el deporte y la ciencia.
Las armas recolectadas en esa provincia fueron la materia prima de esculturas alegóricas realizadas por cien de los artistas más destacados del país, entre ellos Eliana Molinelli, Enio Iommi, Roberto Rosas, Clorindo Testa, Eulalia Gentile Munich y María Juana Heras Velasco.
Con el apoyo y monitoreo de la ONU, el plan fue presentado por la Argentina ante la Asamblea Mundial de Control de Armas en 2001, en donde se creó un plan de acción mundial en la materia, antecedente inmediato del recientemente aprobado Tratado Mundial de Control de Armas, una iniciativa alentada por las ONG’s y el ex presidente de Costa Rica y Nobel dela Paz, Oscar Arias.
Luego de insistir ante el Congreso por un mayor control de las armas de fuego en todo el país, las organizaciones mendocinas y el Gobierno de esa provincia impulsaron, conjuntamente, proyectos legislativos, y en algún momento llegaron a coexistir más de veinte iniciativas en la materia.
En 2007, la RAD fue convocada a la Casa Rosada por el entonces presidente Néstor Kirchner, quien conformó un equipo de trabajo con ellos y anunció un proyecto del Poder Ejecutivo que, finalmente, dio origen a la nacionalización del plan mendocino: el ahora nominado Programa Nacional para la Entrega Voluntaria de Armas de Fuego.
El plan. Con altibajos, el plan de recolección incluye el reclamo siempre pendiente de las ONG de que el Registro Nacional de Armas (Renar) se autofinancie y deje de depender del Ente Cooperador que integran, irónicamente, las armerías del país.
Se recolectaron en todo el país 150 mil armas y 1.176.000 municiones. Las organizaciones, en tanto, siguen reclamando controles más eficaces y coordinados, sobre todo en las provincias.