El artista plástico Guillermo Roux presenta en la galería Zurbarán los bocetos y una maqueta, los trabajos previos a la obra monumental que le encargó la Legislatura de Santa Fe.
Para Guillermo Roux fue grata la invitación de la Legislatura de Santa Fe, que lo eligió por unanimidad de todos sus representantes para que realice un monumental trabajo para el interior del recinto. Los bocetos que realizó y una maqueta se exhiben desde este fin de semana en Zurbarán.
Para esta tarea el artista viajó a la capital santafesina, la cuna de la Constitución, y, ya en el viaje de regreso, comenzó a hacer bocetos mientras se pensaba a sí mismo como ciudadano y analizaba qué testimonio dejaría. Roux imaginó personajes que mirarían de frente a sus representantes, como reclamando que hagan al máximo su tarea para con ella fortalecer las instituciones democráticas y refirmar las premisas de la revolución francesa (representadas con dos banderas de ese país) de libertad, igualdad y fraternidad.
Los personajes se basan en retratos de personas que tienen que ver con los afectos de Roux, son personas comunes y no personajes destacados de la historia. Es un grupo que marcha compacto y entre ellos está el propio artista en un autorretrato. Sus ropas son de colores terrosos, excepto las de la figura principal, que es una mujer vestida de blanco y que simboliza a la Constitución. En la parte superior destaca una franja horizontal con los movimientos de las aguas del río Paraná.
En la obra todo fue medido para que responda a las proporciones armónicas y que tenga ritmo, para que las figuran no queden estáticas. Roux realizó una maqueta con figuras de yeso para ver la espacialidad y que no quedaran huecos: ni muy chicos, ni muy grandes. También hizo una innumerable cantidad de dibujos de gran tamaño (1x 0,70 metros) en carbonilla, los que son presentados en esta muestra.
La obra estuvo pensada hasta en el más mínimo detalle, tanto que había una agenda que marcaba qué personajes y en qué día trabajaría sobre ellos y el comienzo se realizó en una fecha patria, un 9 de julio. La preparación de la obra insumió siete meses y el trabajo sobre la tela duró un año y medio. La tela mide 7 x 3,5 metros y fue confeccionada en Bélgica, país que con sus máquinas antiguas puede hacer paños de este tamaño sin costuras, y que además son de grano grueso y con relieves. Como pintura Roux eligió unas temperas francesas que sobre este tipo de telas dan la misma sensación visual de los frescos.
El artista hizo tres bocetos del tamaño de la obra, los que montó sobre el nicho en la pared de la Legislatura, donde definitivamente se colgó el trabajo, sólo para ver cómo funcionaba con el entorno y cuál era la relación con las proporciones de la arquitectura del lugar.
La obra es un grupo de personas avanzando, decididos; sobre ellos se ve una bandera gigante y detrás, el río, a lo lejos. En ambos lados del grupo los enmarcan girasoles y delante de sus pies, una piso de grama verde.
Roux, de 80 años, es uno de los grandes maestros vivos de nuestro país. En su último cumpleaños se sorprendió de que tanta gente lo saludara y lo llenara de palabras cariñosas y de admiración a través de Facebook.
En una entrevista Roux dijo: “Uno se pasa la vida tratando de encontrarse y con los años la idea de uno mismo va cambiando; hay que ser, no querer ser, y también hay que aceptar las limitaciones y ser es una consecuencia de hacer”. Para el artista, acotó, “la belleza es una revelación, es sobrenatural y está fuera del conocimiento humano: es como la verdad”. Y alguna vez, mientras pintaba dentro de un museo de obras pompeyanas, se topó con una imagen que era tan bella que lo llenó de terror y por primera vez sintió que la belleza podía provocar ese sentimiento.
Cuando le preguntaron sobre qué siente al ser artista, con sorpresa contestó que “la palabra artista es una palabra peligrosa, hay que ser prudente, nadie es artista hasta que en un tiempo que, generalmente, no es el presente del artista y por consenso, se lo proclama como tal”. Roux rompe esta regla.
Hasta el 9 de noviembre en Av. Alvear 1658, Galería Zurbarán, de lunes a viernes de 10.30 a 21 horas y los sábados de 10.30 a 13 horas.