Gaceta Mercantil presenta aquí un adelanto del libro juvenil \”Los pulenta de Boedo\”, una historia de fútbol y amor.
Perdido por perdido, en un acto desesperado, nos lanzamos todos al ataque con el riesgo que implica dejar el arco vacío. Caer dos a uno o tres a uno da igual. Lo que necesitamos, al menos, es alcanzar el empate.
Así como nosotros subimos, ellos bajan y se concentran en el área, dispuestos a defender con uñas y dientes.
Embestimos una y otra vez, pero nos chocamos con una pared humana que no nos deja pasar.
De repente, hay un contragolpe y yo corro como un atleta olímpico, vuelvo a mi arco y salvo al equipo de un nuevo gol.
Sacamos con la certeza de que ésta es nuestra última oportunidad. Yo miro el reloj y sólo restan 28 segundos. Tiramos al arco generando rebotes. Pero la pelota se niega a entrar.
En eso, yo veo un hueco, me mando, Simpson entiende lo que quiero hacer y me la pasa. La pelota viene un poco larga. Parece que no la voy a alcanzar. Entonces me tiro de palomita y le pego de cabeza. Eso hace que cierre los ojos durante una fracción de segundo. Cuando los abro, el movimiento de la red y la cara de derrota de Agustín me confirman que es ¡un golazo!