Hace unos años, cuando estaba en lo alto de la ola, le confesó a la revista Forbes que quería ser el hombre más rico del mundo. En contraste, en 2012 la misma revista le dio el título de \”el gran perdedor\”.
SAO PAULO.- El sueño del brasileño Eike Batista de convertirse en el hombre más rico del mundo terminó destrozado este martes cuando su empresa estrella, OGX, entró en cese de pagos, acusada de vender promesas en vez de petróleo y de perjudicar la imagen de Brasil.
En una decisión esperada por los mercados, la petrolera informó que no pagará en plazo unos 45 millones de dólares en intereses a acreedores, que vencían este martes.
Batista, de 56 años, hijo de un expresidente de la gigante minera Vale y una alemana, llegó a ser el hombre más rico del país y el séptimo del mundo, vendiendo a inversores el potencial de Brasil en momentos de bonanza.
Estuvo casado con una modelo de Playboy y reina del carnaval carioca, con quien tuvo dos hijos y de la que luego se separó. Batista también es conocido por tener un Mercedes-Benz SLR McLaren de medio millón de dólares estacionado en el living de su casa.
Excéntrico y supersticioso, Batista lanzó un libro con diez recetas para convertirse en millonario y añadió a sus empresas de minería, petróleo, energía, logística e inversiones inmobiliarias -el grupo EBX- la letra “X”, como símbolo de multiplicación de las ganancias.
Pero su fortuna, que llegó a alcanzar los 30.000 millones de dólares hace poco mas de un año y medio, está en caída libre desde hace meses, cuando sus empresas comenzaron a desplomarse en bolsa tras una serie de promesas incumplidas y sus deudas en alza.
A comienzos de septiembre, Batista tenía “apenas” 900 millones de dólares, según la revista Forbes.
El “exmultimillonario” aseguró recientemente al diario The Wall Street Journal que el declive de su imperio se debe a su mapa astral, que no le fue favorable, así como a un grupo de ejecutivos petroleros que trabajaba para él y le engañó.
OGX intentará este mes reestructurar la deuda con los acreedores, antes de que se declare el vencimiento anticipado de todo el pasivo que expira en 2022, por 1.060 millones de dólares.
“La situación está muy complicada”, comentó a la aqencia AFP el estratega de Corretora Futura, Luiz Gustavo Pereira.
Ni un barril de petróleo. OGX se fundó en 2007, el mismo año en que Brasil anunció el descubrimiento de gigantescos yacimientos petroleros submarinos, bajo una espesa capa de sal, conocidos como pre-sal, en un área de 149.000 km2.
La empresa entró en bolsa al año siguiente y atrajo a inversionistas, colocando a Batista en la lista de los hombres más ricos del mundo. Eike extendió su imperio hacia otras áreas mientras los ojos del mundo se enfocaban en Brasil, un gigante que en 2010 llegó a crecer un espectacular 7,5%.
En medio de esa euforia, Batista prometió niveles de producción petrolera que, a mediados de 2012, comenzaron a desplomarse mientras los inversionistas exigían resultados.
“OGX se vendió muy bien sin tener ni un barril de petróleo”, dijo a AFP el analista Marcelo Pereira, de la consultora TAG Investimentos en Sao Paulo, comentando sobre los orígenes de la empresa.
“Prometió el cielo y ahora su situación es muy delicada. Hoy, OGX no vale nada (…). Por primera vez vamos a ver una empresa quebrada siendo parte del índice de la bolsa. Ya no tienen mucho para donde escapar”, dijo. Para Pereira, el éxito de las negociaciones en estos 30 días “depende de la buena voluntad de los acreedores”.
Un problema para la imagen de Brasil. El ministro de Hacienda brasileño, Guido Mantega, estimó que la crisis de OGX perjudicó la imagen de Brasil, un país en lento crecimiento económico tras un magro desempeño de 2,7% en 2011 y 0,9% en 2012, mientras que para este año la proyección es de 2,5% de expansión.
“La situación de OGX causó un problema en la imagen del país y de la bolsa de valores”, declaró Mantega este lunes.
“Espero que consigan solucionar lo más rápido posible esta hemorragia, que continúa perjudicando el desempeño de la economía brasileña”, añadió.
En diciembre, OGX debe pagar unos 110 millones de dólares en intereses por títulos que expiran en 2018, por un total de 2.600 millones de dólares. De no abonar esa suma, el default de la empresa se convertiría, según la prensa brasileña, en la mayor moratoria corporativa en la región.
Analistas cuestionan también el futuro de otras empresas del grupo EBX, con las que OGX tiene deudas.
Hace unos años, cuando estaba en lo alto de la ola, Batista confesó a la revista Forbes que quería ser el hombre más rico del mundo. En contraste, en 2012 la misma revista le dio el título de “el gran perdedor”.