De un lado está el popular, que tras luchar contra el cáncer logró que su \”pollo\” fuera electo alcalde paulista. Del otro, aquel cuyos aliados fueron condenados por corrupción.
A cualquiera que lea las noticias de Brasil en estos días podría parecerle que en el país hay dos expresidentes Luiz Inácio Lula da Silva, uno antagónico del otro.
De un lado está el Lula popular, que tras una dura batalla contra el cáncer logró que su candidato fuese electo alcalde de Sao Paulo contra varios pronósticos y que muchos quieren que vuelva a presidir Brasil.
De otro lado está el Lula cuyos exaliados acaban de ser condenados por corrupción en un juicio que para algunos puede afectar su legado como gobernante y al que ciertos rivales ahora piden a la fiscalía investigar.