Estudios realizados sobre un pelo, una almohada y una media beneficiaron a Julián Ramón, que estuvo preso por el crimen de Gastón Bustamante.
Nuevos estudios de ADN realizados sobre un pelo, una almohada y la media con la que estrangularon a Gastón Bustamante, el chico de 12 años asesinado en noviembre del año pasado en Miramar, beneficiaron a Julián Ramón, el cuñado de la víctima que estuvo preso por el caso.
Los resultados de esos estudios determinaron que su perfil genético no fue hallado en ninguno de esos elementos, y ahora analizaban convocar para analizar el ADN a unas 15 personas con antecedentes penales en Miramar, con el fin de establecer si alguno puede estar vinculado al crimen.
El fiscal de Miramar a cargo de la causa, Rodolfo Moure, informó a la agencia Télam que el análisis genético de evidencias biológicas halladas en esos elementos llegaron a la fiscalía el lunes pasado y \”en ninguno de ellos se halló el ADN de Ramón\”.
\”El cabello, que fue hallado sobre la frente de Gastón, pertenecía a un compañero de colegio que se había quedado a dormir en la casa\”, señaló el fiscal.
Respecto a la almohada, con la que se presume que también sofocaron al niño y le taparon la cara una vez fallecido, Moure indicó que \”había ADN del propio Gastón, de su madre, de la hermana y un cuarto perfil genético que no se corresponde con ninguna de las personas que se sometieron al cotejo\”.
El fiscal contó que en la media de toalla empleada para estrangular al chico, \”también se halló ADN de la víctima, de algunos familiares que habitaban la casa y un patrón genético desconocido que no coincide ni con el de Ramón ni con el hallado en la almohada\”.
Moure aclaró que \”de todas maneras no hay certeza de que esos ADN que aún no tienen nombre y apellido pertenezcan a quien cometió el crimen\”.
El fiscal anticipó que evalúa la posibilidad de convocar para una extracción sanguínea a \”algunas personas con antecedentes penales de Miramar que estuvieron en la mira en un principio de la investigación, más que nada para descartar o profundizar otras hipótesis\”.
Por último, Moure opinó que \”estas nuevas pericias no benefician la situación de Ramón\” -actualmente excarcelado y con falta de mérito en el expediente-, porque \”hay otros indicios y elementos sobre los que se sostiene la acusación\”.
En cambio, el defensor del cuñado, Alejandro Borawski, resaltó la inocencia de Ramón y explicó a Télam que en caso de que hubiera aparecido el ADN de su cliente, \”él tiene la forma de justificar su presencia en la casa por ser el novio de la hermana\”.
\”Esperemos que en esta tercera tanda de cotejos de ADN que la fiscalía planea hacer con quince o dieciséis personas con antecedentes que figuran en un informe policial que hay en la causa, surja alguna pista para encontrar al asesino. Ninguno de ellos podría justificar su presencia en la casa\”, dijo el letrado.
Gastón fue asesinado durante la mañana del 21 de noviembre del año pasado, al día siguiente de cumplir 12 años, en su casa de 27 entre 46 y 48, de Miramar, donde se hallaba solo, ya que su madre había salido a realizar compras.
Según los investigadores, en ese momento ingresó alguien aparentemente con fines de robo y fue descubierto por el niño.
Ante esta situación, quien irrumpió en la casa atacó al niño a golpes y lo estranguló con una media.
El 6 de diciembre, Ramón, quien es el novio de Rocío Bustamante, la hermana de la víctima, fue detenido en su casa de Miramar acusado de ser el autor del crimen.
La principal prueba que el fiscal Moure obtuvo contra Ramón para imputarle el homicidio es que, según los peritajes realizados, el joven estudiante de Derecho dejó sus huellas en un televisor de 14 pulgadas que fue cambiado de lugar por el asesino, presuntamente para simular un intento de robo.
En su indagatoria, Ramón explicó que tocó ese televisor el día previo al crimen cuando festejaron en la casa el cumpleaños de Gastón, pero para la fiscalía las huellas eran compatibles con el traslado del aparato que hizo el asesino.
En su momento, los investigadores sostuvieron que Ramón pudo haber asesinado al niño porque lo sorprendió cuando entró a robar dinero que la familia tenía para depositar en un plazo fijo, un dato que conocía el cuñado de la víctima.
Pero los indicios comenzaron a caerse ya a comienzos de mes, cuando un primer estudio de ADN determinó que ninguno de los pelos hallados en el cuerpo de Gastón pertenecían a Ramón y eran de sus familiares, quienes lo auxiliaron cuando lo hallaron muerto.
El 15 de marzo, la Sala I de la Cámara de Apelaciones de Mar del Plata ordenó excarcelar a Ramón, quien a esa altura de la instrucción estaba cumpliendo prisión domiciliaria por el crimen de su cuñado, al entender que no había suficientes pruebas en su contra y le dictó la falta de mérito.