La comunidad científica ha incrementado su interés en el ambiente del satélite natural y su impacto en la biología terrestre
Científicos lograron cultivar ejemplares de la planta “Arabidopsis thaliana” en diferentes puntos de la superficie lunar, informó la revista científica especializada Communications Biology.
La posibilidad de que la vida humana se extienda más allá de los límites del planeta Tierra depende de la capacidad de que las plantas se desarrollen en ámbitos extraterrestres, señalaron los científicos a cargo de la investigación.
“Sin embargo, nuestros resultados muestran que este cultivo es desafiante, las plantas en regiolitos lunares fueron lentas de desarrollar y muchas mostraron morfologías esforzadas severas”, indicaron Anna-Lisa Paul, Stephen M. Elardo y Robert Ferl, los científicos a cargo del estudio.
Además, indicaron que todas las plantas cultivadas en la superficie de la Luna expresaron genes con modificaciones iónicas similares a las reacciones de plantas a la sal, metales y el oxígeno.
“La interacción entre las plantas y los regolitos lunares necesitará ser comprendida en el futuro y probablemente mitigada para permitir un mejor uso eficiente de los regolitos lunares que soporten la vida en estaciones lunares”, informaron.
Luego de que la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos hubiera retomado misiones humanas a la Luna, la comunidad científica ha incrementado su interés en el ambiente del satélite natural y su impacto en la biología terrestre, agregaron los especialistas.
La NASA apunta a rearticular una exploración de largo aliento en el satélite, en un panorama en el que las plantas han sido extensamente proyectadas para sumarse a los hábitats lunares.
La presencia de plantas en la Luna podría garantizar estancias prolongadas de exploración humana en el satélite, indicaron los científicos involucrados.
Los vegetales, señalaron, pueden proveer información sobre la gravedad, radiación y otros aspectos biológicos vinculados al espacio exterior, además de indicar rutas de adaptación biológica terrestre a ambientes de exploración astronómica.
Recordaron, también, que son centrales en la provisión de alimento y oxígeno, reciclaje de agua y absorción de dióxido de carbono producido por humanos.