El equipo de investigación de la NASA empleó los datos de los sonidos grabados el año pasado muy cerca del cráter marciano Jezero con el micrófono del SuperCam.
Un grupo internacional de científicos determinó la velocidad de propagación del sonido en Marte a partir de las muestras de sonidos captados por el equipo de grabación a bordo del róver Perseverance, el cual es empleado por la NASA para el estudio y exploración del “planeta rojo”.
Los hallazgos de la investigación fueron presentados por Baptiste Chide, científico del Laboratorio Nacional de Los Álamos, en la 53° Conferencia de Ciencias Planetarias y Lunares, celebrada a inicios de marzo en Texas, EEUU.
Chide explicó que él y su equipo emplearon los datos de los sonidos grabados el año pasado muy cerca del cráter Jezero, que fueron registrados por el micrófono del instrumento SuperCam, instalado a una altura de dos metros en la parte superior del mástil de detección remota del vehículo explorador marciano.
El SuperCam fue diseñado con el objetivo de registrar las fluctuaciones en la caída de presión asociadas con la técnica de espectroscopia de descomposición inducida por láser (LIBS, por sus siglas en inglés), que crean una onda acústica mediante la eliminación de rocas y tierra presentes en la superficie de Marte a través de un potente rayo láser infrarrojo.
No obstante, el SuperCam cuenta con la capacidad de capturar el ruido ambiental producido por la turbulencia atmosférica, el viento y los vórtices convectivos.
Gracias a este dispositivo, la velocidad del sonido en la atmósfera de Marte se pudo determinar mediante la medición del tiempo de propagación de la señal acústica producida por el rayo láser, la cual viajó desde el suelo hasta el micrófono del SuperCam.
Los científicos descubrieron que la velocidad de propagación del sonido marciano fue de unos 240 metros por segundo, inferior a la velocidad del sonido en la Tierra, que es de unos 340 metros por segundo.
También notaron que en la atmósfera marciana las frecuencias superiores a 240 hercios (Hz) se propagan más de 10 metros por segundo más rápido que las frecuencias bajas, debido a la diferencias en el modo de vibración de las moléculas de dióxido de carbono durante la absorción de diferentes ondas sonoras.
Chide anticipó que continuarán registrando y analizando los sonidos en Marte en el transcurso de este año con el propósito de conocer más sobre las fluctuaciones que se producen allí durante diferentes eventos meteorológicos tales como tormentas de polvo o durante los meses de invierno.