El símil generó reacciones adversas del ministro de Comunición y de legisladores. Incluso criticó al primer ministro por su mediación entre Kiev y Moscú.
La comparación de la situación en Ucrania con el Holocausto sufrido por el pueblo judío en Europa durante la Segunda Guerra Mundial no tuvo el efecto que aparentemente esperaba el presidente Volodímir Zelenski.
Ante el Knesset (Parlamento) de Israel, como ante otros que ha grabado para los legislativos de países que lo apoyan como EEUU, Canadá y Reino Unido, el mandatario ucraniano buscó llevar agua para su molino pero el efecto conseguido podría ser exactamente el opuesto.
Hizo referencias a Winston Churchill en Westminster y a Martin Luther King Jr. en el Capitolio, pero en el caso de Israel se equivocó: llevó las comparaciones que ya había hecho entre la situación de su país y la Segunda Guerra Mundial al siguiente nivel y dedicó la mayor parte de su discurso al Holocausto.
Este símil se mostró desubicado pues, a diferencia de Occidente, Israel recuerda las hazañas de Stepan Bandera y sus seguidores neonazis, que es alabado y tildado de héroe en la Ucrania actual.
Las pesadas comparaciones con el Holocausto —desde decir que Moscú está planeando una “solución final para la cuestión ucraniana” hasta afirmar que Israel debería salvar a los ucranianos como los ucranianos salvaron a los judíos— no hicieron más que generar rechazo en el Knesset.
“Aprecio al presidente de Ucrania y apoyo al pueblo ucraniano de corazón, pero es imposible reescribir la terrible historia del Holocausto. El genocidio también se cometió en suelo ucraniano. La guerra es terrible, pero la comparación con los horrores del Holocausto y la solución final es indignante.”, tuiteó el ministro de Comunicaciones, Yoaz Hendel.
“Si el discurso de Zelenski se hubiera pronunciado en tiempos de paz, habríamos dicho que rozaba la negación del Holocausto. Toda comparación entre una guerra normal, por difícil que sea, y el exterminio de millones de judíos en cámaras de gas en el marco de la solución final, es una distorsión total de la historia. Lo mismo ocurre con la afirmación de que los ucranianos ayudaron a los judíos en el Holocausto. La verdad histórica es que el pueblo ucraniano no puede estar orgulloso de su comportamiento durante el Holocausto de los judíos”, comentó el exministro del gabinete Yuval Steinitz, ahora en el Legislativo.
Otro legislador, Simcha Rothman, discrepó con la referencia de Zelenski a los ucranianos que salvaron a los judíos y tuiteó: “No entiendo el ucraniano, pero si la traducción que escuché es exacta, Zelenski nos pidió que tratáramos a los ucranianos como nos trataron a nosotros hace 80 años. Lo siento, pero creo que tendremos que rechazar esa pedido. Somos, después de todo, una nación moral”.
Los israelíes conocen muy bien la historia del Holocausto. La Policía Auxiliar Ucraniana acorraló a los judíos para masacrarlos en Babi Yar, Lviv y Zhitómir. Alrededor de 80.000 ucranianos se ofrecieron como voluntarios para las SS, frente a los 2.600 ucranianos documentados que salvaron a judíos. Y antes de eso, algunos de los peores pogromos de la historia judía se perpetraron en lo que hoy es territorio de Ucrania.
“Sus críticas a Israel fueron legítimas, al igual que sus expectativas sobre nosotros, pero no su exasperante y ridícula comparación con el Holocausto y su intento de reescribir la historia y borrar el papel del pueblo ucraniano en los intentos de exterminio del pueblo judío”, acusó el líder del Partido Sionista Religioso, Bezalel Smotrich.
Así, al sacar a relucir el Holocausto, Zelenski tocó la nota equivocada con el Knesset, molestando a su audiencia en lugar de inspirar solidaridad.
Kiev ha planteado repetidamente demandas a Israel que no son posibles, como prohibir canales rusos que ni siquiera se emiten en Israel o imponer sanciones a funcionarios rusos en formas que la ley israelí no permite, advirtió un ministro del gabinete, añadiendo que Zelenski perdió la oportunidad de plantear reclamos más realistas.
Las críticas de Zelenski a la mediación del primer ministro Naftali Bennett contrastan con sus recientes expresiones de aprecio por los esfuerzos, y su afirmación de que el premier está adoptando una posición intermedia “entre el bien y el mal” podría disuadirlo continuar con su intervención, por la que ya visitó al presidente ucraniano en Kiev y a Vladímir Putin en Moscú.