Con el acuerdo del FMI aprobado en el Congreso, el Presidente intentará nuevamente un relanzamiento de su gestión.
De la Redacción
Con el acuerdo del FMI aprobado por las dos cámaras del Congreso, el presidente Alberto Fernández buscará hoy relanzar su vapuleada gestión con el inicio de su anunciada “guerra contra la inflación”, que en febrero anotó un índice del 4,7%, el más alto de su mandato.
Lo hará con una serie de medidas que no trascendieron pero que desde comienzos de semana el jefe de Gabinete, Juan Manzur, viene elaborando con el ministro de Economía, Martín Guzmán, y otros integrantes del gabinete.
A la crisis sanitaria y económica provocada por la pandemia de coronavirus, desatada en marzo de 2020, el primer mandatario añadió una negociación con el Fondo que su vice y mentora, Cristina Kirchner, boicoteó al menos desde mediados del año pasado por discrepancias con con el acuerdo que el Ejecutivo finalmente cerró.
El último acto de esa notoria disidencia tuvo lugar este jueves, durante la aprobación por amplia mayoría de la ley que habilita al gobierno a firmar otro acuerdo para refinanciar la deuda de 44.500 millones de dólares que tomó el gobierno de Mauricio Macri.
CFK casi no presidió la sesión del Senado y no estuvo a la hora de la votación, que arrojó un resultado lapidario para ella: 56 votos a favor, tres abstenciones y solo 13 en contra de sus leales.
La relación entre el primer mandatario y la presidenta del Senado, las dos patas principales del acuerdo político que llevó a Alberto F. a la Casa Rosada, quedó muy deteriorada.
Ahora el jefe de Estado espera dar vuelta la página y avanzar con las medidas que planea para intentar bajar la inflación, que no rompe el piso del 50 por ciento anual a pesar de los programas antiinflacionarios y los controles de precios que conduce el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti.
Esta “guerra contra la inflación” que anunció el martes busca alinear a la coalición de gobierno en un plan común, lo que a esta altura parece sumamente difícil.
Por otra parte, se conjuga una situación internacional por el conflicto en Ucrania que añade incertidumbre sobre la posibilidad de que el acuerdo que aún no se firmó pueda ser cumplido, incluso en el corto plazo.
Si el Presidente quiere que las medidas tengan un mínimo acompañamiento y que no nazcan debilitadas, deberá recibir el respaldo de todo el Frente de Todos, sin fisuras.
Sin embargo, según quedó en evidencia por las propias declaraciones de funcionarios nacionales, la comunicación con la vicepresidenta está cortada, incluso antes del ataque a pedradas del jueves de la semana pasada al despacho de Cristina y la falta de apoyo público del Presidente, el que le fue duramente reprochado por el “neocamporismo”.
Las heridas en el oficialismo por la discusión del acuerdo con el FMI son profundas y no van a cerrar pronto, si lo hacen, pero la crisis económica apremia.
La formalización del pacto con el organismo que conduce Kristalina Georgieva, con sede en Washington, tendrá lugar cuando el “board” se reúna en las próximas horas para bendecirlo, tras la sanción legislativa.
El primer combate contra el IPC finalmente tendrá lugar en la Casa Rosada aunque, en principio, se había planeado el anuncio en Tucumán para darle un tono federal, pero la decisión de mover el acto a Balcarce 50 buscará otorgarle mayor institucionalidad al plan.
“Vamos a terminar con los especuladores y poner las cosas en orden, en una Argentina que ha sufrido tanto por esos cuatro años” de macrismo, adelantó el jefe de Estado durante un acto en el partido bonaerense de Malvinas Argentinas.
Gaceta Mercantil