Desde hace casi dos semanas, la ciudad de Mariúpol, como otras en Ucrania, ha sido asediada sin descanso por las tropas rusas.
Sin luz, agua, calefacción o comida. La mayor parte del día, sin poder comunicarse con el mundo exterior, atemorizados por el estruendo de los misiles y la metralla.
“Nos bombardean constantemente. Estamos sin nada”, le dice a la BBC Oksana, una residente de la ciudad ucraniana de Mariúpol.
Desde hace casi dos semanas, la localidad, como otras tantas en Ucrania, ha sido asediada sin descanso por las tropas rusas. Zonas residenciales enteras han sido reducidas a escombros e incluso hospitales y escuelan muestran las cicatrices oscuras de las bombas.