Es para la evacuación segura de civiles desde Kiev, Chernígov, Sumi, Járkov y Mariúpol, informó el portavoz de Defensa, general mayor Ígor Konashénkov.
El ministerio de Defensa ruso confirmó la apertura a partir de hoy, martes, de corredores humanitarios para la evacuación de civiles desde Kiev y otras cuatro ciudades de Ucrania.
“A partir de las 10.00 hora de Moscú [03.00 hora argentina] se declara un régimen de silencio y se establecen corredores humanitarios para la evacuación segura de civiles desde Kiev, Chernígov, Sumi, Járkov y Mariúpol”, informó el portavoz de esa cartera, general mayor Ígor Konashénkov.
Por su parte, la vicepresidenta del Gobierno ucraniano, Irina Vereschuk, confirmó un alto el fuego entre las 7.00 y las 19.00 GMT en el corredor humanitario de Sumi a Poltava.
Vereschuk instó a Rusia a autorizar y notificar al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) la evacuación de civiles por otros corredores humanitarios: de Volnovaja y Mariúpol a Zaporiyia, así como de Kiev y Járkov al oeste del país.
En paralelo, el jefe del Centro de Gestión de la Defensa Nacional, coronel general Mijaíl Mízintsev, denunció que fuerzas nacionalistas ucranianas impiden la salida de sus connacionales a través de los corredores.
“¿Cómo calificar todo esto? A primera vista es una provocación, una mentira, un engaño, pero en esencia se trata de una traición al propio pueblo, utilizado como ‘escudos humanos’ para los actos criminales de los nacionalistas. El Gobierno ucraniano también está involucrado con actos vandálicos”, aseveró el alto jefe militar.
Al hacer un balance preliminar de la operación lanzada el 24 de febrero, se precisó que se destruyeron hasta la fecha 2.482 objetivos militares en Ucrania, entre ellos 87 puestos de mando y centros de comunicaciones, 124 sistemas de misiles aéreos, 79 radares, 866 carros de combate y blindados, 91 lanzacohetes múltiples, 317 sistemas de artillería y morteros, 634 vehículos militares y 81 drones.
Operación especial. El presidente ruso Vladímir Putin anunció el 24 de febrero el lanzamiento de una “operación militar especial” en el vecino país alegando que las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, previamente reconocidas por Moscú como estados soberanos, había pedido ayuda frente al “genocidio” cometido por parte de Kiev.
Uno de los objetivos fundamentales de esa operación, según Putin, es “la desmilitarización y la desnazificación” de Ucrania.
El mandatario ruso pidió a uniformados y civiles en Ucrania que no opongan resistencia, y advirtió de que Rusia responderá de inmediato a cualquier fuerza externa que la amenace o se ponga en su camino.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo este lunes a Reuters que Rusia podría parar la operación “al instante” si Ucrania acepta sus condiciones, entre las que mencionó garantías constitucionales de la neutralidad y el reconocimiento de las repúblicas del Donbass y de la soberanía rusa sobre Crimea.
Según el gobierno ruso, los ataques de sus fuerzas militares no están dirigidos contra instalaciones civiles sino que buscan inutilizar la infraestructura bélica, lo que ya se habría conseguido casi al completo.
Hasta el domingo último, las hostilidades en Ucrania causaron la muerte de 406 civiles y dejaron heridos a otros 801, según la ONU, y más de 1,5 millones de ucranianos buscaron refugio en los países vecinos.
El 3 de marzo, el ministerio de Defensa había revelado que 498 efectivos rusos perdieron la vida y 1.597 resultaron heridos desde el comienzo de la operación; las bajas militares del lado ucraniano, según la misma fuente, ascienden a más de 2.870 muertos y unos 3.700 heridos.
Numerosos países condenaron la actuación de Rusia en Ucrania y activaron varias baterías de sanciones individuales y sectoriales que buscan infligirle a la economía rusa el mayor daño posible.