En el Parlamento se refirió al “gran desafío” de evitar que la guerra que libra el jefe del Kremlin en territorio ucraniano se traslade a otros países de Europa.
“[El conflicto en Ucrania] tendrá consecuencias graves para Europa. No se puede construir una seguridad a largo plazo en Europa contra Rusia”, admitió el canciller alemán Olaf Scholz en una reunión de emergencia del Parlamento Federal por el ataque de Rusia a Ucrania.
No obstante, consideró que el presidente ruso, Vladímir Putin, podría ser una amenaza para la seguridad europea en “un futuro previsible”, y se refirió al “gran desafío” de evitar que la guerra que libra el jefe del Kremlin en territorio ucraniano se traslade a otros países de Europa.
“Nos atenemos sin peros a nuestro deber de asistencia en la OTAN. Se lo he dicho también a nuestros aliados en Europa Central y Oriental que temen por su seguridad. Putin no debería subestimar nuestra determinación de defender junto a nuestros aliados cada metro cuadrado del territorio de la Alianza”, afirmó.
El presidente ruso “no quiere sólo borrar un país independiente del mapa” sino que “destruye el orden de seguridad europeo” cimentado desde hace casi medio siglo en el Acta Final de Helsinki, afirmó el sucesor de Angela Merkel.
El canciller germano habló de una “nueva era”, lo cual significa, dijo, “que el mundo de después ya no será el mismo que el mundo de antes”.
“En el centro de la cuestión está la pregunta de si el poder puede violar la ley, de si le permitimos a Putin girar hacia atrás las agujas del reloj a los tiempos de las grandes potencias del siglo XIX o si tenemos la fuerza de poner límites a belicistas como Putin”, apuntó.
La secuencia. En la madrugada del jueves pasado Putin anunció el lanzamiento de una “operación militar especial” en el territorio de Ucrania alegando que las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, reconocidas por Rusia como estados soberanos, solicitaron ayuda frente a la supuesta agresión por parte de Kiev.
Uno de los objetivos fundamentales de esa operación, según el mandatario, era “la desmilitarización y la desnazificación” de Ucrania.
También prometió llevar a juicio a los autores de “numerosos crímenes sangrientos contra civiles”, pidió a uniformados y civiles en Ucrania que no opongan resistencia a esa operación, y advirtió que Rusia responderá de inmediato a cualquier fuerza externa que la amenace o se ponga en su camino.
El ministerio de Defensa ruso aseguró que los ataques no están dirigidos contra ciudades ni ponen en peligro a la población civil sino que buscan inutilizar la infraestructura bélica de su vecino.
Ucrania rompió las relaciones diplomáticas con Rusia, impuso el toque de queda en Kiev y la ley marcial en todo el territorio nacional, decretó la movilización general e instó a la comunidad internacional a activar todas las sanciones posibles contra Moscú y contra el líder ruso.
Numerosos países condenaron en términos contundentes la ofensiva militar de Rusia en Ucrania, mientras que Estados Unidos, Canadá, Japón y los países de la Unión Europea decidieron imponer nuevas sanciones a Rusia por la situación en Ucrania apuntando no solo contra su élite sino también contra sus sectores bancario, energético, aéreo y espacial.