Jacob Chansley está detenido desde el 9 de agosto.
Jacob Chansley, conocido como El Chamán de QAnon o Q-Shaman, fanático del expresidente Donald Trump y cuyo pintoresco atuendo bovino de enormes cuernos lo convirtió en el rostro icónico del asalto al Capitolio de Estados Unidos, fue condenado tres años y cinco meses de prisión por su participación en ese hecho sin precedentes del 6 de enero que conmovió al mundo.
El juez federal del distrito de Columbia Royce Lamberth, quien había mantenido en prisión a Chansley desde que fuera identificado en los disturbios, lo sentenció también a pagar una multa de 2.000 dólares y a una vigilancia supervisada de tres años una vez que salga de prisión.
El Departamento de Justicia había solicitado una condena de prisión ejemplar, considerando que había sido una de las figuras más reconocibles del ataque, en el que se destacó sobre todo por su vestimenta.
Los fiscales habían solicitado una pena de cárcel de cuatro años y tres meses meses, después de que se declarara culpable en septiembre del cargo de obstrucción a un procedimiento legal, cuando se unió a la turba de trumpistas para intentar detener el recuento electoral que confirmaba la victoria de Joe Biden en las elecciones de noviembre de 2020.
Chansley no solo fue “la cara pública de los disturbios del Capitolio”, sino que además, megáfono en mano, “arengó a la multitud para exigir la expulsión de los legisladores” que en ese momento se encontraban dentro del edificio, relataron los fiscales antes de la sentencia de este miércoles.
En el Senado, recuerdan, tuvo tiempo para dejar una nota de su puño y letra en el escritorio del por entonces vicepresidente, Mike Pence, en la que se podía leer, “es solo cuestión de tiempo, la justicia está cerca”, antes de forcejear con los agentes que intentaban sacar del edificio a los alborotadores.
Los fiscales también remarcaron en la acusación que Chansley había sido un prolífico difusor de teorías de la conspiración, en especial aquellas confabuladas por la organización de extrema derecha QAnon, así como de otros mensajes de odio que “avivaron” el incidente.
El 9 de agosto se entregó a las autoridades, que presentaron seis cargos en su contra, aunque solo aceptó el de obstrucción a un proceso legal.
Chansley, quien durante aquella audiencia para reconocer su participación llegó a compararse con Mahatma Gandhi, sufre un trastorno esquizotípico de la personalidad que le impide relacionarse con facilidad y le puede alterar los patrones de pensamiento, apariencia y conducta, algo que fue utilizado por su defensa para intentar librarlo de los cargos.
En prisión pidió sin éxito un indulto a Trump, inició una huelga de hambre para exigir alimentos orgánicos como marca su fe chamánica y concedió a la CBS una entrevista sin permiso en la que negó que su actos hubieran supuesto un ataque a las instituciones, sino que fueron un intento por “traer a Dios de vuelta al Senado”.
Cinco personas murieron durante el ataque o poco después en los disturbios colaterales, incluido un oficial de policía y una manifestante asesinada por un oficial dentro del edificio.