La sobrina del emperador Naruhito se casó con Kei Komuro, a quien conoció cuando ambos iban a la universidad.
La princesa Mako de Japón dejpo de lado la realeza de su país este martes al casarse con Kei Komuro, un plebeyo al que describió como “un ser irremplazable”,
En la conferencia de prensa posterior a la ceremonia, la sobrina del emperador Naruhito pidió disculpas por los “inconvenientes” que causó su boda, a pesar de que durante años ella misma fue blanco de las críticas al romper con las rígidas normas que la realeza japonesa impone a las mujeres, a tal punto de provocarle síndrome de estrés postraumático, según reconoció la propia Casa Imperial.
Por el hecho de haber decidido casarse con un plebeyo, Mako perdió su título y la posibilidad de acceder al Trono de Crisantemo al casarse, y ya no pertenecerá más a la familia real.
Ella, por su parte, también decidió rechazar los 150 millones de yenes (1,3 millones de dólares) que reciben las mujeres de la familia imperial como dote.
“Amo a Mako. Sólo contamos con una vida y quiero que la pasemos con la persona que amamos”, sostuvo Komuro cuando fue su turno de hablar con la prensa.
Mako es la primogénita del príncipe heredero Fumihito (55), hermano del emperador Naruhito. Su hermano menor, el príncipe Hisahito, de 15 años, es el segundo en la línea sucesoria.
Mako y Komuro, ambos de 30 años, se conocieron en 2012 cuando asistían a la Universidad Internacional Cristiana de Tokio.
Tardaron cinco años en anunciar su compromiso. Entonces, ella dijo que la sonrisa de Komuro era como el sol, y él la describió como la luna que lo cuidaba.
Pero de inmediato la historia de amor empezó a tambalear cuando se descubrió que la madre de Komuro tenía una pleito judicial con un antiguo prometido por 4 millones de yenes (unos 35.000 dólares).
Aunque en un principio la boda estaba prevista para 2018, se decidió posponer para que Komuro continuara sus estudios de derecho en Nueva York.
El regreso a Japón trajo otro escándalo. El novio lucía el pelo largo recogido en una cola de caballo.
Tras cuatro años en los que Mako fue blanco preferido de la prensa de chimentos -al punto de terminar con síndrome de estrés postraumático, según reconoció la propia agencia imperial-, la joven pudo casarse con Komuro.