Redes sociales como Instagram y TikTok son presionadas para que tomen medidas contra los contenidos que se divulgan en sus plataformas y podrían ser perjudiciales para los adolescentes.
Una estrella de YouTube, de 27 años, hostigada por sus millones de seguidores que se preocupan por su salud. Una creadora de TikTok, de 19 años, que hace publicaciones sobre la delgadez. Las comunidades de adolescentes que proliferan en internet y usan apodos astutos y censuran sus conversaciones para evitar ser detectadas.
Todas esas situaciones representan un problema casi irresoluble para las empresas de redes sociales que están siendo presionadas para hacer algo con respecto al material que aparece en sus servicios y que, en opinión de muchas personas, es perjudicial, sobre todo para los adolescentes.
Estas preocupaciones se pusieron de manifiesto en las últimas semanas en un par de audiencias ante un subcomité del Senado. La primera, con una ejecutiva de Facebook que defendía a su compañía y la segunda, con una exempleada de Facebook convertida en denunciante que argumentó que los productos de su antiguo empleador podían provocar que algunos jóvenes padecieran trastornos alimentarios.