“Aún no sabemos si la Sputnik V sea la más efectiva”, dijo Daniela Hozbor, directora de grupo en el Laboratorio Vacsal de la Universidad Nacional de La Plata.
Que haya distintas vacunas y disputas geopolíticas y de posicionamiento científico por detrás de la carrera por conseguir la inmunización contra el nuevo coronavirus, y que el final parezca cabeza a cabeza entre seis a diez candidatos, no significa que cada persona puede elegir cuál aplicarse según creencias, preferencias o algún otro sesgo: esa elección será exclusiva de las autoridades sanitarias de cada país.
Así lo explicó Daniela Hozbor, directora de grupo en el Laboratorio Vacsal de la Universidad Nacional de La Plata e investigadora principal del Conicet, en diálogo con La Nación.
Respecto del anuncio del lunes de la reserva de 25 millones de dosis de la vacuna del Instituto Gamaleya de Moscú, que generó algunas suspicacias en académicos occidentales (como Anthony Fauci, el asesor de Donald Trump que dijo que “dudaba mucho” acerca de los plazos propuestos), Hozbor señaló que asegurarse dosis “es algo que todos los países están buscando, porque no hay productoras en cada lugar. Esta vacuna en particular es una de las diez en la última fase (de ensayos) en humanos. La producción está a riesgo para no demorar. Se gana tiempo para tener este insumo tan preciado”.