“No podemos permitirnos burlarnos de las religiones, vemos los resultados que esto da”, señaló el monseñor Robert Le Gall.
El arzobispo de la ciudad francesa de Toulouse se pronunció contra el derecho a blasfemar, y alegó que la libertad de expresión debe ser limitada y que Francia “no puede permitirse” insultos contra ninguna religión.
La declaración de monseñor Robert Le Gall se produce en un momento en que la nación europea sufre una serie de ataques terroristas tras la decapitación, el pasado 16 de octubre, de un profesor que había enseñado a sus alumnos una caricatura del profeta Mahoma en una clase de educación cívica sobre la libertad de expresión.
En una entrevista con France Bleu, este viernes, un día después del atentado terrorista en Niza, monseñor Le Gall afirmó que mostrar a los niños ilustraciones del profeta es como “echar leña al fuego”.
“No podemos permitirnos burlarnos de las religiones, [porque] vemos los resultados que esto da”, indicó el arzobispo, agregando que las caricaturas religiosas son un insulto, “tanto para los musulmanes como para la fe cristiana”, y no deben difundirse más.
Tensión entre Francia y el islamismo. Mientras tanto, crecen las tensiones entre Francia y el mundo islámico, que estallaron la semana pasada después de que el presidente Emmanuel Macron defendiera la publicación de dibujos satíricos contra cualquier religión como parte del ejercicio del derecho a la libertad de expresión.
En el homenaje nacional al profesor decapitado, el mandatario declaró el pasado 21 de octubre que su país “no renunciará a las caricaturas” y continuará “la lucha por la libertad y la razón”.
Uno de los primeros en reaccionar fue el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, quien el lunes pasado hizo un llamamiento a la ciudadanía de su país a que boicotee los productos franceses al tiempo que señaló que los líderes europeos deben poner fin a la agenda “antiislam” que, supuestamente, impulsa Macron.
Esta semana, la indignación se extendió a otros países de mayoría musulmana como Bangladés, Irán y Pakistán, donde miles de personas salieron a las calles con llamados a boicotear productos franceses y quemando banderas de Francia y fotografías de su presidente.
Si bien no hizo una referencia directa a Macron, el primer ministro paquistaní, Imran Khan, acusó a los países europeos de una “creciente islamofobia” e instó a los líderes del mundo musulmán a trabajar juntos para contrarrestar lo que llamó “una falta de respeto a los musulmanes”.
A su vez, el líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Hoseiní Jamenei, calificó las palabras de Macron como “una acción estúpida” y “un insulto a la inteligencia del pueblo que lo ha elegido para ser su presidente”.
Después de la publicación de este mensaje, Instagram bloqueó y luego restauró la página francesa del ayatolá.