Iniciaron una acción colectiva por haber “inflado” los números de su rentabilidad, entre los que se encuentran los del juicio contra la petrolera estatal
Burford Capital, el fondo que lleva adelante el juicio contra la Argentina por la estatización de YPF, en 2012, fue demandado por sus accionistas por tergiversar su rentabilidad y por engañar a sus propios inversores.
El viernes de la semana próxima, el Estado argentino pedirá la nulidad del juicio contra la petrolera estatal argumentando, entre otras cosas, la demanda colectiva contra el fondo.
Los accionistas de Burford presentaron el martes una demanda colectiva en la Corte del Distrito Este de Nueva York contra el fondo luego de que un informe pusiera en duda los números contables al decir que los retornos proyectados estaban sobrevalorados.
Burford es un megabufete que compra juicios por poco dinero con el objetivo de ganar mucho después.
El fondo inició el juicio contra YPF luego de haber adquirido ante la Justicia española la posibilidad de demandar a la Argentina por la quiebra de Petersen Energía Inversora y Petersen Energía, compañías que la familia Eskenazi creó en ese país para esquivar el riesgo jurídico doméstico antes de comprar una parte de las acciones de YPF.
Dos semanas atrás, las acciones de Burford se desplomaron hasta un 46% en la Bolsa de Londres luego de que se publicara el informe de Muddy Waters Capital, un fondo que se dedica a apostar en contra de las compañías.
En la jerga financiera se le dice “vender en corto”: la empresa se compromete a vender las acciones de una firma a un valor en el futuro, proyectando que esos activos valdrán menos del precio que pactaron y, por lo tanto, obtiene una ganancia entre el precio del mercado y el contrato que realizaron.
“Burford está precariamente posicionada. Es un negocio al que le va bastante mal, pero sus números se ven fantásticos y la razón es que la contabilidad de Burford es engañosa”, aseguró Carson Block, fundador de Muddy Waters, en una entrevista con Bloomberg.