Un politólogo estadounidense señala que las medidas económicas tomadas por Macri son las causantes de la debecle actual y no el kirchnerismo.
“Los argentinos recuerdan el papel que desempeñó el Fondo Momentario Internacional en la última recesión. También recuerdan cómo mejoró su vida con el kirchnerismo”.
De este modo comienza un articulo de opinión escrito por el experto en economía y política latinoamericana Mark Weisbrot en el diario The New York Times de este lunes, en el que el especialista crítica fuertemente la gestión de Mauricio Macri y lo responsabiliza de la actual crisis económica.
Weisbrot intenta responder quién es el culpable de la crisis económica luego del “resultado inesperado” de las PASO, en las que la fórmula Alberto Fernandez-Cristina Kirchner le ganó a la de Mauricio Macri y Miguel Pichetto por casi 15,6 puntos.
En una lapidaria columna, Weisbrot, quien es también co-director del Centro de Investigación Económica y Política en Washington, y preside el Just Foreign Policy, responsabiliza al gobierno de Macri, critica el acuerdo con el FMI y elogia la gestión kirchnerista.
“La coalición de Fernández atribuye su victoria a las políticas económicas fallidas de Macri pues lo consideran culpable de la crisis económica, la recesión y la inflación elevada que el país experimenta actualmente. Por su lado, Macri afirma que el miedo a un futuro gobierno kirchnerista fue el culpable de la turbulencia financiera tras las elecciones, así como a los problemas que ha habido en la economía desde que asumió el cargo hace más de tres años y medio”, dice Weisbrot y argumenta que esta lógica de culpas es “casi arquetípica” y que se repite en varios países donde el oficialismo se enfrenta a la centroizquierda, en el Reino Unido, España, Francia o Grecia, por citar algunos ejemplos.
El autor se refire a los indicadores económicos de ambas gestiones y argumenta sobre el acuerdo con el FMI: “Esa memoria y conciencia colectivas quizá ahora determinen el resultado de este debate recurrente sobre la economía y, con ello, la elección general del 27 de octubre y posiblemente gran parte del futuro de Argentina”.
Weisbrot aluede luego a las alteraciones en el mercado y afirma: “En el caso de Argentina, está la derrota electoral de un gobierno cuyas políticas económicas han fracasado de manera evidente y una victoria para los rivales que provienen de un periodo de crecimiento económico sólido y ampliamente compartido”.
Para el autor de la nota, “desde la perspectiva de un economista o un científico social, no está claro el motivo por el cual deberíamos temerle al kirchnerismo”, y enumera una serie de políticas e indicadores económicos que demuestran que “los gobiernos de los Kirchner estuvieron entre los más exitosos del hemisferio occidental”.
Entre estos, señala que “calculos independientes mostraron una disminución del 71 por ciento en la pobreza y del 81 por ciento en la pobreza extrema; el establecimiento de uno de los programas de transferencias monetarias condicionadas para los pobres más grandes de Latinoamérica; un aumento del 42 por ciento del PBI per cápita, según el FMI; la reducción a la mitad en el desempleo y la desigualdad económica”. Y concluye que ne los doce años de poder kirchnerista se generaron “importantes mejoras en la calidad de vida de la mayoría de los argentinos”.
Sin embargo, señala el decaimiento del crecimiento en los últimos años de la presidencia de Cristina causado por algunos “errores” cometidos, sumados a “un golpe económico externo”.
El último punto, el especialista lo adjudica al fallo del tribunal de apelaciones de Nueva York que en 2012 “tomó de rehenes a más del 90 por ciento de los acreedores de Argentina para pagar a los fondos buitre” y el bloqueo del gobierno de Estados Unidos a los créditos de los prestamistas internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo.
En contraste, Weisbrot describe las políticas económicas del macrismo y enumera los indicadores desde el comienzo de su mandato y sentencia: “La pobreza se ha incrementado de manera significativa; el ingreso per cápita ha caído; el desempleo ha aumentado; las tasas de interés a corto plazo se han disparado del 32 al 75 por ciento; la inflación se ha elevado del 18 al 56 por ciento; la deuda pública ha crecido del 53 por ciento a más del 86 por ciento del PIB”.
Weisbrot se pregunta: “¿Qué tanto de esta crisis económica y mal desempeño es responsabilidad de su predecesora?”. Y enuncia la toma del préstamo “stand by” de 57.000 millones de dólares que Macri solicitó al FMI en 2018.
Si bien afirma que “la estrategia del programa era restaurar la confianza de los inversionistas por medio de una política fiscal y monetaria mas estricta”, para el autor el resultado fue el contrario: “Las medidas desaceleraron la economía y socavaron la confianza de los inversionistas”, afirma.
Para Weisbrot, “el gobierno desperdició más de 16.000 millones de dólares en intentos fallidos para evitar que el peso cayera” y contrajo deuda pública, lo que “es digno de atención” ya que no es parte de la herencia del gobierno anterior.
El autor cree que “la historia se está repitiendo, aunque en este caso el FMI tiene una alianza más fuerte con el gobierno de la que tenía hace veinte años”, y advierte que la dupla Fernández-Fernández debera “esbozar cómo piensan salir de este desastre”.
Finalmente, sobre el FMI explica el imaginario político que tiene el organismo en la cultura argentina y concluyeque, “al igual que en 2003, la economía no puede recuperarse bajo las condiciones acordadas con el FMI, así que tendrán que renegociarse”.