El nuevo incidente ocurre en un momento de creciente tensión entre Teherán y Washington.
La Guardia Revolucionaria de Irán anunció el derribo este jueves de un “drone espía estadounidense” que violó el espacio aéreo de la República Islámica, según un comunicado oficial citado en los medios iraníes.
Portavoces militares estadounidenses reconocieron por su parte la pérdida de uno de sus aparatos, pero aseguraron que se encontraba “en el espacio aéreo internacional sobre el estrecho de Ormuz”.
El incidente, tras los recientes sabotajes a buques petroleros en esas aguas, añade leña al fuego de la guerra de nervios entre Washington y Teherán y, de inmediato, disparó el precio del petróleo.
“El derribo del drone [norte]americano es un claro mensaje a América [de que] nuestras fronteras son la línea roja de Irán y que reaccionaremos enérgicamente contra cualquier agresión”, advirtió el jefe de la Guardia, el general Hosein Salami, citado por PressTV. “Irán no está buscando una guerra con ningún país, pero estamos plenamente preparados para defender la patria”, advirtió el alto cargo militar.
El Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica, abreviado como Guardia Revolucionaria o Pasdarán (por el término persa “guardianes”) es un Ejército paralelo a las Fuerzas Armadas convencionales y mejor dotado que éstas que se creó tras la revolución de 1979 por el recelo del ayatolá Ruolláh Komeini hacia los oficiales heredados de la monarquía.
Entre sus cometidos se encuentra la vigilancia de las fronteras y hace dos meses EEUU lo incluyó en su lista de organizaciones terroristas.
La Guardia Republicana aseguró que derribó un drone espía modelo Global Hawk que “se había infiltrado sobre la provincia costera de Hormozgán, en el sur del país”.
Sin embargo, los portavoces estadounidenses insisten en que el aparato (un MQ-4C Triton de la Marina, según una fuente citada por Reuters) volaba en el espacio aéreo internacional sobre el estrecho de Ormuz cuando fue alcanzado por un misil tierra-aire.
Esa vía de agua, un paso clave para el transporte de petróleo y gas, comunica el golfo Pérsico con el golfo de Omán, donde en las últimas semanas fueron atacados varios petroleros.
EEUU acusó a Irán de esos incidentes que se producen en medio de una creciente tensión entre ambos países por el empeño de la Administración de Donald Trump en aislar a Teherán.
El Gobierno iraní viene negando de forma tajante cualquier relación con esos ataques y sugiere que podría tratarse de una operación montada por el propio Gobierno estadounidense para justificar hostilidades armadas con la República Islámica.
Entretanto, Washington intensificó el miércoles su presión con la difusión de nuevas imágenes sobre los sabotajes.
Mientras tanto, Irán reforzó su desafío nuclear al anunciar el pasado lunes que el próximo día 27 superará el límite de almacenamiento de uranio que le permitía el acuerdo firmado en 2015 con las grandes potencias.
El abandono unilateral de ese acuerdo por parte de EEUU hace un año lo convirtió en papel pintado ya que los iraníes no han podido ver los beneficios económicos que iba a reportarles haber aceptado limitar su programa atómico.
Al contrario, las sanciones estadounidenses son aún más estrictas que antes del pacto y tratan de impedir no sólo la venta de petróleo sino también cualquier tipo de transacción económica
En este clima de tensión, los rebeldes Huthi de Yemen aumentaron sus ataques a Arabia Saudí: el Reino reconoció este jueves que esas milicias habían lanzado con un proyectil contra una planta desalinizadora en Al Shuqaia, la provincia meridional de Jizan. En la noche anterior los Huthi aseguraron haber alcanzado con un misil una central eléctrica en esa localidad.
La agencia saudí de noticias SPA no facilitó información sobre daños, pero el incidente sólo puede ahondar la crisis con Irán ya que Riad está convencido de que los rebeldes yemeníes, a quienes combate desde 2015, son un instrumento de Teherán.
A principios de mes, un cohete contra el aeropuerto saudí de Abha causó 26 heridos.

