Macri reelecto, ¿Pichetto al poder?

En escasos análisis se aborda lo insustancial de este sistema que llamamos democracia y generalmente están más vinculados a la filosofía que a la política. Quizá resulte pretencioso esperar del sistema democrático actual algo más que el mero ejercicio electoral. Sin embargo,
para algunos de nosotros ha sido históricamente el mejor sistema de organización jurídico y político del Estado con participación popular.

Tampoco solemos asistir a debates en los que el eje resulte ser el rol de ese Estado, más bien resulta familiar, por habitual, ser testigos de su denostación. El neoliberalismo hace de su discurso contra el Estado la herramienta más eficiente para vaciarlo de contenido, limitándolo a
su simple dimensión burocrática.

Para muchos el Estado es un tercero, para otros, como nosotros, el Estado “somos”. Es nuestra identidad, es la Nación, es la Patria y naturalmente es la herramienta a partir de la cual nos presentamos al mundo y nos organizamos como sociedad.

Habría que discutir qué es necesario reformar o modernizar del Estado y de nuestra democracia, en lugar de atacarlo salvaje e indiscriminadamente como recurso retórico de un pensamiento tan anacrónico como mentiroso, o defenderlo a ultranza sin otro sentido que el de intereses corporativos.

Un tema apasionante, un tema pendiente, tan lejano en este año electoral como la definición del modelo de sociedad que queremos ser.

La “política” no está en su mejor momento. Existe un abismo insondable entre “política” y sociedad. Hubo un tiempo en el que los políticos decían lo que pensaban y en función de eso “representaban”; estos son otros tiempos. Hoy el marketing político les dice lo que tienen que decir, lo que no deben decir y en muchos casos, que directamente no digan. Esta no es una
democracia representativa, es una puesta en escena.

Este escenario 2019 va a ser, además de otra puesta en escena, la prueba irrefutable de que los errores políticos no dan revancha y que los proyectos populares que pierden su legitimidad jamás la recuperan. No ocurre lo mismo con los proyectos liberales, siempre vuelven con diferentes
rostros. 

Hoy no son necesarias las dictaduras y el menemismo no se repite dentro del peronismo y así llegó el macrismo.

Macri llega al poder impensadamente en un sistema democrático y en eso algo de responsabilidad tuvo el kirchnerismo. Hoy y a pesar del desastre económico y social de la actual gestión de gobierno, entendemos que puede repetir. De ser así, ese desastre se va a convertir en estructural con todo el sufrimiento que eso va a representar para las grandes mayorías de nuestra sociedad.

Si bien CFK controló la agenda política con un libro y con una fórmula donde ocupa el segundo lugar, la que presenta Macri va a impactar notablemente en esta elección.

Estamos ante una jugada maestra de ajedrez que excede en mucho la iniciativa política del macrismo o de Cambiemos.

El candidato a vicepresidente Miguel Ángel Pichetto no tiene un caudal de votos significativo ni un nivel de conocimiento social relevante. Ni lo uno ni lo otro reflejan el aporte que le hace a Macri: le está ofreciendo, en caso de ganar, el control del Senado en su calidad de operador político, su identidad peronista (ya no se trataría de un gobierno antiperonista), es un generador de consenso, tiene excelente diálogo con los gobernadores y garantiza -como lo hizo hasta ahora- la gobernabilidad que el propio Macri pierde aceleradamente en la actual gestión. Es el mejor candidato a
vicepresidente que Cambiemos pudo haber presentado.

Creo que también asistimos al peor error político de Macri. Pichetto es por mucho, más y mejor político que él mismo. Si bien el propio Macri ha conducido a políticos más capaces que él, como por ejemplo a Carlos Grosso o al propio gobernador cordobés Juan Schiaretti, ambos exempleados suyos en la empresa SOCMA, no parece que pueda hacerlo con Pichetto. No fue su empleado ni tuvo una relación dependiente con él sino que ha demostrado un talento notable para navegar las aguas del poder con excelente autonomía durante muchos años. Un hombre conocido y respetado por el mundo del poder.

O Macri decidió su retiro de la política o la propia realidad lo retirará en el corto o mediano plazo. No creemos exagerar si aventuramos que Pichetto está fundando una nueva fuerza política en la Argentina. El poder globalizado y los mercados están de festejo, aquí y más allá las fronteras.

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