El jefe de Gabinete salió a marcar los ejes de la campaña electoral. “Que gane Cristina Kirchner sería una derrota de los argentinos, pero no va a pasar”, aseguró.
El jefe de Gabinete, Marcos Peña, salió a marcar los ejes de la campaña electoral a horas de la elección en Neuquén de este domingo, considerada por muchos un test clave para el gobierno de Mauricio Macri, y aseguró que el comicio nacional no estará ligado a los problemas económicos.
“Tenemos la tranquilidad de contar con un equipo muy competente en el Banco Central y en Hacienda, con herramientas y capacidad para enfrentar un año de volatilidad”, afirmó Peña en una entrevista con La Nación en la residencia de Olivos.
Negó que se esté armando otra corrida y, pese a que los primeros números del año dan señales poco alentadoras, habló del principal problema económico del Gobierno, la inflación, con cierto optimismo: “Estamos haciendo lo necesario para que lo más rápido posible haya un alivio para el bolsillo”, afirmó.
Para Peña, “la decisión [electoral] tiene que ver con algo muchísimo más profundo que la inflación del último mes”.
Después de seis meses de silencio, acusado por el ala política del gobierno de muchos de los errores que condujeron a la crisis cambiaria del año pasado, y ya de nuevo en su metier de jefe de campaña, Peña volvió con su mantra positivo.
Pidió “tranquilidad” (pareciera que más a los propios que a los ajenos) y no obsesionarse con fijar plazos -uno de los pocos “errores” que admite- para controlar la inflación o para ver la luz al final del túnel de la recesión.
El “cambio estructural” será el eje central en el discurso político del plan reelección de Macri y Peña lo refuerza al alertar sobre el riesgo de volver a “un modelo fracasado”, que encarna Cristina Kirchner, a su juicio hoy la única competencia real del presidente, ya sea en persona o con alguien que la represente.
Clarín también entrevistó a Peña, quien previsiblemente se concentró en los mismos temas. Si gana la expresidenta “sería una derrota de los argentinos, pero no va a pasar”, tranquilizó.
El Gobierno, dijo, está conectado “con las angustias y las preocupaciones” de la población. Y, de cara a las presidenciales, subrayó que en la Casa Rosada no están dispuestos “a aflojar a mitad de camino”.
La compulsa electoral se gana, apuntó, “entendiendo primero por qué nosotros estamos gobernando hoy, por qué ganamos en 2015, interpretando la profundidad de la rebeldía de los argentinos que quisieron salir del pantano mediocre en el que estábamos hacía tiempo. Tomando una decisión valiente y muy de fondo de ir para adelante sabiendo que iba a haber dificultades”.