El radical oficialista Mario Negri, el socialista Miguel Lifschitz y el trostkista Néstor Pitrola, además de referentes del peronismo federal, cruzaron a la conducción eclesiástica.
La misa frente a la basílica de Luján, convocada por Hugo y Pablo Moyano, reunió a todo el arco del peronismo opositor, político y social, y provocó una serie de críticas desde el oficialismo y la oposición no kirchnerista por el aval que supuso de parte de la jerarquía de la Iglesia católica local.
En ese marco, el gobernador socialista de Santa Fe, Miguel Lifschitz, que busca coincidir con algunos gobernadores peronistas y el socialismo, criticó con dureza a la dirigencia eclesiástica. “No es bueno que la Iglesia tome partido en ningún sentido. Es una institución de carácter religioso que debería estar por encima de la coyuntura y las banderías políticas”, afirmó.
Aunque consideró que “no está mal que la Iglesia dialogue con los sindicalistas”, advirtió que “lo que estaría mal, en todo caso, es que jugaran con un sector de la política y en eso siempre hay una delgada línea”.
En simultaneo a las declaraciones de Lifschitz, Pablo Moyano señaló que el papa Francisco “está preocupado por la desgracia que tenemos como modelo económico, que suma cada vez más pobres y desocupados a través de la inflación”.
En tanto, el jefe del interbloque de Diputados de Cambiemos, el radical Mario Negri, cuestionó la postura de la Iglesia con una ironía. “Si una persona profesa la religión y está con problemas personales, está bueno que le pida ayuda a Dios. Pero esos problemas los tiene que resolver en el mundo terrenal, o por ejemplo ante la Justicia”, le dijo a Clarín el legislador cordobés, y también apuntó al obispo de Mercedes-Luján.
“Me parece que monseñor Radrizzani habló a título personal, es lo que quiero creer. Lo natural es que la Iglesia reclame por los pobres, pero también es natural que lo haga por la corrupción y en Luján había mucha gente que debe saber algo del país que se robaron. Habrá sido un descuido de monseñor”, deslizó Negri.
Más allá del rechazo del oficialismo, un legislador del PRO a la vez sacó conclusiones positivas para el macrismo en términos políticos. “Al apoyar a personas que están cerca de la cárcel por robar a sus afiliados o socios de un club, que no son precisamente ricos, esos obispos pierden autoridad para opinar sobre temas sociales. Ese abrazo con los Moyano va a acompañar por mucho tiempo a Lugones y Radrizzani”, puntualizó.
En privado, un integrante del peronismo federal marcó las contradicciones de la jornada de acuerdo con la mirada de ese espacio. “Por un lado es muy legítima una movilización de la gente por trabajo. Pero la credibilidad de algunos dirigentes es otra cosa. Son fotos muy confusas”, indicó sobre las presencias en Luján, y también apeló a la ironía: “Por ahí Moyano aprovecho para pedir perdón a Scioli ante la Iglesia, por no haber jugado en serio en la campaña del 2015”.
Desde la izquierda también expresaron sus críticas. “Es una estrategia de entrega del movimiento obrero al clero, que ha cambiado el rechazo del aborto por la contención del estallido”, aseguró Néstor Pitrola, del Partido Obrero. “Es un ida y vuelta: se trata de contener con protestas acotadas e impulsar al peronismo como variable de recambio en 2019 mientras pasa el ajuste”, consideró.