A partir de esta última crisis, el autor advierte el vínculo estrecho entre los economistas neoliberales y la reproducción del poder para el que trabajan.
Los economistas neoliberales se mostraron meticulosamente incapaces de predecir las crisis económicas gracias a las que el capitalismo financiero viene consolidando su poder económico. Todo eso, sin perder su hegemonía mediática y social. La debacle de Cambiemos es un capítulo más en esta oprobiosa historia de chamanes mercenarios que fallan, se extinguen y renacen, dentro de la puerta giratoria que va de la City al poder político. ¿Hasta cuándo habrá que escucharlos? ¿Por qué lo hacen?
Por Mariano Canal
Hasta abril de este año, en la superficie de los discursos del mainstream económico más o menos cercano al oficialismo y a la City, el diagnóstico del panorama rozaba un decidido optimismo. El gradualismo de Cambiemos era seguramente demasiado lento para el gusto de estos expertos, consultores, asesores de bancos, exfuncionarios y demás fauna que habita oficinas, aulas universitarias, despachos y estudios de televisión, por lo que el paraíso neoliberal (la utopía de la “economía normal”) todavía estaba distante, pero “el camino era el correcto”. Los indicadores más superficiales mostraban signos al alza: construcción, autos, créditos hipotecarios. Incluso bienes durables más asociados con los sectores de ingresos medianos para abajo como las motos mostraban dinamismo ascendente. El dólar estaba planchado en torno a los 17 pesos hacía un año y la inflación volvía a niveles (kirchneristas) del 25%, después del alza de 2016 promovida por la devaluación que implicó la salida del cepo cambiario. A finales de 2017, el año cerraba con la promesa de un gobierno fortalecido que iría por el triple premio de las reformas fiscal, laboral y previsional. Nada de eso pasó.