Si bien el edificio está cerrado y sin corriente eléctrica, un foco importante estuvo a punto de tomar una de las puertas del tradicional monumento Art Noveau.
La tradicional Confitería El Molino, cerrada al público hace 20 años, estuvo a punto de sufrir un siniestro esta mañana, cuando la florería instalada frente a una de sus puertas laterales se prendió fuego.
El edificio, icono del Art Noveau porteño, ubicado en la esquina de las avenidas Callao y Rivadavia, presentaba un importante foco de incendio a metros una de sus puertas laterales.
Sin embargo, la rápida intervención de los bomberos, logró extinguir el fuego en minutos.
El 14 de agosto, la Ciudad y empresarios firmaron un acuerdo para llevar a cabo la restauración del edificio, que ya se inició.
Es que el estado de la fachada es calamitoso, a tal punto que desde año 2015 una malla envuelve el edificio para sostener la caída de ornamentos, traídos a principios del siglo XX desde Italia.
El Molino está compuesto por siete plantas, distribuidas en tres cuerpos de aproximadamente 6 mil metros cuadrados de hormigón armado, una estructura monumental, una de las más altas de Buenos Aires por ese entonces, tal como la soñaron sus primeros dueños, las familias de panaderos Brenna y Rocatagliatta.
Además, debido a la humedad en los subsuelos, el edificio presenta grietas, fisuras, y paredes descascaradas.