El proceso de ajuste que venía reclamando el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha llevado al Gobiernoa a suspender la baja de las retenciones para aceites y harinas de soja, a eliminar el Fondo Federal Solidario y a reducir los pagos de reintegros a las exportaciones de productos industriales, medida que claramente afecta a la industria vitivinícola.
Entre las medidas se anunció una reducción de 66% el monto total pagado en concepto de reintegros a la exportación, de acuerdo a un esquema diferenciado por producto.
Estos estímulos corresponden al reintegro que el Estado hace a los exportadores de los tributos interiores que se pagaron en las distintas etapas de producción y comercialización de bienes nuevos argentinos entre los que se encuentran tributos nacionales (Débitos y Créditos bancarios, derechos de importación y tasa estadística), tributos provinciales (Ingresos Brutos y Sellos) y municipales (tasa de seguridad e higiene).
Actualmente los niveles de Reintegro a la Exportación aplicables a diferentes posiciones arancelarias, entre ellas los productos vitivinícolas, son los siguientes:
Posición arancelaria Nombre Valor reintegro actual
80610 Uva en fresco 3,50%
80620 Pasa de uva 3,00%
200961 Jugo concentrado de uva 6,00%
200969 Jugo concentrado de uva 6,00%
220410 Vino espumoso 6,00%
220421 Vino en recip. con capacidad inferior o igual a 2 l 6,00%
220421 Vino en recip. con capacidad inferior o igual a 5 l 6,00%
22042911 Vino. Los demás 5,50%
22042919 Vino. Los demás 5,50%
Recientemente realizamos un estudio con el objetivo de determinar el valor de los impuestos contenidos en el precio FOB de los productos vitivinícolas exportados, donde se cuantificaron todos los tributos correspondientes al proceso de comercialización de vino argentino en el exterior, incluyendo los impuestos que se pagan tanto en forma directa de cada uno de los eslabones –agrícola, industrial y comercial– más el aporte indirecto que considera las interdependencias sectoriales hacia atrás y hacia adelante.
Asimismo, se tomaron en consideración los pagos impositivos que resultan como consecuencia de las retribuciones a los factores que realiza la cadena, siendo éstos parte del aporte indirecto (hacia adelante) de la recaudación fiscal. Por otra parte, la cadena vitivinícola utiliza insumos que pagan impuestos a la producción, que constituyen un efecto indirecto hacia atrás y forman parte, por ello, de los aportes indirectos.
En el estudio se concluyó que estos impuestos representan un porcentaje mayor al porcentaje del reintegro recibido. Estos resultados de las estimaciones realizadas, motivó a que la industria vitivinícola solicitara aumentar los reintegros a las exportaciones de forma de compensar los tributos interiores que los exportadores pagan en las distintas etapas de producción y comercialización de vino, esto es, disminuir la presión fiscal sobre las exportaciones vitivinícolas.
En el caso de los reintegros a las exportaciones del vino fraccionado (de 6% sobre el valor FOB) se concluyó que el porcentaje de impuestos contenidos en el valor promedio FOB es de a 8%, es decir un 2% mayor al reintegro recibido. En el caso de las exportaciones de vino a granel (5,5% sobre FOB) esta diferencia es aún mayor ya que los impuestos contenidos en el precio FOB significan un 10,5% del precio FOB, es decir una diferencia de 5 puntos porcentuales.
Cabe destacar además que la industria vitivinícola presenta una importante carga impositiva evaluada en toda la cadena productiva. Recientemente se realizó un estudio con el objetivo determinar la carga impositiva que soporta el sector vitivinícola de Argentina definiendo a la carga impositiva como la relación entre el total de impuestos que tributa la industria y el excedente de explotación empresario. Los resultados obtenidos muestran que, evaluada en su conjunto, la industria presenta un 65,4% de carga impositiva, en tanto que en la producción primaria esta relación es de 43,4%.
A estos resultados de carácter impositivo (retenciones a las exportaciones inferiores al impuesto contenido en el precio FOB) y carga impositiva se suman a otros factores que inciden negativamente en la competitividad del sector con efectos distributivos claramente significativos hacia las bases de la cadena:
· Altos costos de transporte que representan entre un 6% y un 12% del valor FOB, lo que nos coloca en desventaja con nuestros competidores ya que pueden operar con un costo de transporte hasta del 40% menor en relación al costo de Argentina.
· Es posible estimar que ante un posible AUMENTO EN LAS EXPORTACIONES DE VINO DE 5% significaría la producción de MÁS DE 1.300 HECTÁREAS ADICIONALES, mientras que un aumento de 10% representaría alrededor de 2.700 HECTÁREAS MÁS
· Se estima que en 2016 la producción, elaboración, fraccionamiento y venta de vino en los mercados externos generó más de 5.700 PUESTOS DE TRABAJO EN LA PRODUCCIÓN DE UVA mientras que EN LA ELABORACIÓN FUERON CERCA DE 6.800 puestos de trabajo de equivalencia a dedicación plena. Esto marca el impacto que tendría en el empleo el aumento de exportaciones.
· El vino es un producto de origen agrícola, pero con fuerte valor agregado: por cada dólar facturado en exportaciones, aproximadamente 30 centavos es valor agregado
La vitivinicultura argentina tiene condiciones y características que desde el punto de vista socio económico la destacan, entre ellas la intensidad en el uso de mano de obra y el alto valor agregado, razones que justifican ampliamente la reducción de la carga impositiva de la cadena.
* Presidente de la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR)