Hubo 32 ofertas y el gobierno lo celebra como un éxito en medio de la crisis cambiaria, pero hay nubarrones en el horizonte: dispersión de precios y FMI.
En medio de la inestabilidad cambiaria, se formalizó hoy la apertura de sobres de la licitación de seis corredores viales en la que casi ninguno de los grandes grupos constructores terminó adjudicado.
Solo Cartelone quedó en primer lugar en el Corredor A con una oferta de 1840 millones de dólares, pero la característica del acto celebrado en la Dirección Nacional de Vialidad, con la presencia de su presidente, Javier Iguacel, y del ministro de Finanzas, Luis Caputo, fue la dispersión de las ofertas, las que llegan a diferir en hasta el 150 por ciento.
Esta dispersión marca la incertidumbre alrededor del programa propuesto porque supone recaudar unos 12.000 millones de dólares a doce años en un mercado atravesado por la inestabilidad. “Si la turbulencia continúa en seis meses, cuando deba salirse al mercado a obtener el financiamiento, la licitación va a fracasar”, estimó ante gacetamercantil.com una fuente familiarizada con el proceso.
Los grupos Techint, Roggio, MSU y Helport cotizaron entre 100 y 135 por ciento más que los ganadores en cada corredor.
La constructora Rovella-Carranza, complicada financieramente en los últimos tiempos, asociada con una empresa protuguesa se adjudicó tres corredores, por lo que deberá ceder uno, según lo establecido en los pliegos. En el B quedó primera con una oferta de 153 millones, lo que debe ser multiplicado por diez.
“Hoy no hay tasa, así que la incertidumbre es muy grande”, admitió un abogado de uno de los oferentes, quien por esto justificó la dispersión en las ofertas.
Mientras el propio presidente Mauricio Macri considera saldada la crisis cambiaria, los grandes empresarios del sector parecen haber tomado distancia de la promocionada iniciativa público-privada, que además está entre paréntesis porque el Fondo Monetario Internacional, al que el gobierno fue a pedirle un desahogo financiero, considera que el sistema es un modo encubierto de tomar deuda.
En este caso, se trata de unos 12.000 millones de dólares en doce años, aunque las obras insumirán menos de la mitad de ese monto.
Iguacel había declarado el lunes que estaban confiados porque varios consorcios “cerraron el 80% del financiamiento antes de presentar la oferta”. Por lo tanto, dijo, “se podría dar el caso de que haya propuestas que estén por debajo del interés de lo que la Argentina podría conseguir en este momento. Pasada la tormenta, todo seguirá normalmente”, se entusiasmó.