Donald Trump se apuró en declarar “el fin de la guerra” entre las dos Coreas apenas los líderes Kim Jong-un (Norte) y Moon Jae-In firmaron un acuerdo que incluirá conversaciones con Estados Unidos. Las razones del armisticio y el futuro.
De la Redacción
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se apuró en anunciar “el fin de la guerra” entre las dos Coreas, este viernes, cuando los líderes de l Norte, Kim Jong-Un, y del Sur, Moon Jae-In, firmaron durante su histórica cumbre celebrada en la frontera entre los dos países una declaración en la que se comprometen a impulsar la “completa desnuclearización” de la península que comparten.
“Sur y Norte han confirmado su meta común de lograr una península libre de armas nucleares a través de la completa desnuclearización”, reza la declaración conjunta firmada por ambos líderes al término de sus conversaciones.
El apresuramiento del jefe de la Casa Blanca tiene sus razones, ninguna cercana al humanitarismo. En primer lugar, Trump -se quiera o no- fue quien forzó en los últimos meses el acercamiento entre Pyongyang y Seúl con la escalada de exabruptos y maniobras militares, combinadas con fuertes sanciones económicas contra el régimen de Kim que lo pusieron entre la espada y la pared. Cuanto todo indicaba que se avecinaba un ataque directo de EEUU sobre el Norte, el presidente chino Xi Jinping intervino para encarrilar a su histórico aliado, que no paraba de lanzar misiles al aire sobre el cielo de Japón.
En la primera cumbre intercoreana celebrada más de diez años después de la anterior, Kim y Moon anunciaron que buscarán cerrar un acuerdo para alcanzar una paz “sólida” y “permanente” en la península.
Los dos países continúan técnicamente en guerra porque el conflicto de 1953 no concluyó con un tratado de paz sino con un cese de hostilidades.
Aunque todo indica que esta será la vencida, no debería Trump vanagloriarse mucho de su primer éxito en su convulsionada presidencia porque Kim, aunque atribulado por la crisis económica que provoca su aislamiento, es aún imprevisible.
“Luego de un año furioso con lanzamiento de misiles y pruebas nucleares, una reuniónhistórica entre Corea del Norte y Corea del Sur se está llevando a cabo. Buenas cosas están pasando, ¡pero sólo el tiempo dirá!”, advirtió no obstante Trump en su cuenta de Twitter.
La cerrazón del régimen norcoreano, un vestigio de la anterior Guerra Fría con su sobreviviente stalinismo, no era aceptable ni para Beijing, que comercia con Occidente más que nunca en su historia. Este también ha sido un factor a la hora de disciplinar a Kim.
El acuerdo. La declaración conjunta de este viernes incluye impulsar una reducción de los arsenales militares, el cese de los “actos hostiles”, la conversión de su frontera, altamente militarizada, en una “zona de paz y el impulso de conversaciones multilaterales con otros países, incluido EEUU.
El líder norcoreano cruzó la línea de demarcación militar que separa Corea del Norte y Corea del Sur, para participar en el primera cumbre en 11 años entre los dos países técnicamente en guerra.
Kim se convirtió así en el primer líder norcoreano en pisar suelo del Sur desde que en 1953 acabó la guerra entre las dos Coreas, un conflicto cerrado por un alto el fuego pero no por un tratado de paz.