El magistrado consideró que los acusadores abusaron de su autoridad durante la testimonial de uno de los arrepentidos del Lava Jato de Brasil.

El juez federal Claudio Bonadio firmó hoy una resolución que generará mucha controversia: desvinculó de la ruta de las coimas de Odebrecht al jefe de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Gustavo Arribas, y además pidió que se investigue si los fiscales del caso, Federico Delgado y Sergio Rodríguez, cometieron abuso de autoridad o violación de los deberes de funcionario público.

El magistrado confirmó que Arribas, cuando todavía no era jefe de los espías, recibió una sola transferencia de un “arrepentido” brasileño por 70.475 dólares, como él mismo reconoció en su indagatoria ante otro juez, Rodolfo Canicoba Corral, y luego denunció al “doleiro” brasileño por falso testimonio.

La Nación publicó el año pasado que Arribas, cuando era un empresario vinculado al fútbol, había cobrado en 2013 la suma de 594.518 dólares en cinco transferencias bancarias desde Hong Kong en concepto de coimas por el soterramiento del Ferrocarril Sarmiento, que había sido adjudicado a Odebrecht, Ghella y IECSA, en ese entonces de Ángelo Calcaterra, primo del presidente Mauricio Macri.

Bonadio también ordenó a través de la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) la captura nacional e internacional de Leonardo Meirelles, el “doleiro” (“cuevero”) uno de los arrepentidos del Lava Jato en Brasil, por presunto falso testimonio en la Argentina.

Los fiscales le tomaron declaración testimonial el 11 de mayo de 2017 a Meirelles a través de una videoconferencia, pero no le recordaron su deber de decir la verdad. Lo hicieron en la causa en la que el juez Sebastián Casanello investiga a Odebrecht por coimas en una obra pública de AYSA.

Los artículos 248 y 249 del Código Penal establecen “penas de prisión de entre un mes y dos años e inhabilitación especial por doble tiempo” para el funcionario público que inclumpiera las leyes argentinas.