La cofundadora de Cambiemos se despegó del Gobierno y presentó dos escritos ante los jueces Bonadio y Canicoba Corral, éste quien sobreseyó al jefe de la AFI.
Mientras el jefe de Gabinete, Marcos Peña, respaldaba ayer “a priori” al jefe de la Agencia Federal de Inteligencia /AFI), Gustavo Arribas, acusado por la Policía Federal brasileña de lavado de dinero, la confundadora de Cambiemos, Elisa Carrió, presentó dos escritos en Tribunales para pedir que se lo investigue en el país.
Carrió presentó los escritos ante el juez federal Rodolfo Canicoba Corral, quien conserva la investigación sobre la o las transferencias que Arribas recibió del “cuevero” brasileño convicto y luego “delator premiado” en el caso “Lava Jato”, Leonardo Meirelles, y en el expediente por presunto falso testimonio que Arribas le inició a Meirelles después, y que instruye por su lado el juez federal Claudio Bonadio.
Ambos escritos, a los que accedió La Nación, son casi idénticos: ocupan tres párrafos en una sola carilla para formular el pedido.
No obstante, dan cuenta de la firme posición de Carrió en un tema que el gobierno buscó relativizar mientras las noticias llegaban desde San Pablo el mismo día en que el presidente Mauricio Macri daba su discurso de inauguración de las sesiones ordinarias del Congreso, este jueves.
Peña incluso consideró “raras” las informaciones provenientes del vecino país, y las condiciones y el portavoz en la conferencia de prensa en la que se difundieron.
En el escrito que presentó ante Canicoba Corral, Carrió acompañó una copia del artículo periodístico “La Policía Federal de Brasil acusa a Arribas de recibir dinero vinculado alLava Jato” que La Nación publicó en su edición de este viernes, e indicó que lo aportó “en tanto puede tener relación con los hechos denunciados en su oportunidad por la suscripta”.
Carrió fue, en efecto, quien presentó la primera denuncia penal contra Arribas, el 11 de enero de 2017, horas después de que el periodista Hugo Alconada Mon revelara, por primera vez y tras varios meses de investigación, la existencia de múltiples transferencias desde una cuenta bancaria de Meirelles en Hong Kong a una de Arribas en Suiza, en el Credit Suisse.
“Esta información debe ser analizada por la Justicia de nuestro país”, escribió Carrió en aquella presentación, aunque no era la primera vez que apuntaba contra Arribas ya que había cuestionado su designación al frente de la AFI por su supuesta “falta de idoneidad”.
Arribas es un funcionario de la mayor confianza del Presidente hasta el punto que vive en un departamento de propiedad de Macri, y se dedicó a la compra y venta de jugadores de fútbol, un negocio siempre sospechado de lavado de dinero, tanto en Argentina -donde existen varias causas en trámite- como en el resto del mundo.
Otro reciente escándalo que sacudió al Gobierno fue el de Valentín Díaz Guilligan, subsecretario general de la Presidencia que debió renunciar por no haber declarado una cuenta con 1,2 millones de dólares en Andorra.
El ahora ex funcionario integraba la conducción de River Plate mientras intermediaba en operaciones de este tipo junto al empresario uruguayo Francisco Casal, socio a su vez de Enzo Francescoli, dedicado al mismo negocio y actual manager del club “millonario”.