Un documento interno de la Casa Blanca vincula el Tratado de Libre Comercio con Canadá y México (NAFTA) con la infertilidad, el crimen, las drogas y los abortos. La renegociación del acuerdo volvió a fracasar y se postergó hasta el año próximo.
Luego de anunciar que no certificará el acuerdo nuclear con Irán, de derogar el Plan de Energía Limpia y de fracasar en su intento de dejar sin efecto la ley de salud conocida como “Obamacare”, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, va por más: ahora analiza la decisión de sacar al país del Tratado de Libre Comercio con Canadá y México (NAFTA, según sus siglas en inglés) y profundizar así el aislacionismo de Washington.
En medio de un nuevo fracaso de la renegociación del NAFTA por las condiciones que exige EEUU, ya nadie descarta que los tres países vuelvan a regirse por el marco general de la Organización Mundial del Comercio, con el regreso de aranceles.
Para agregar leña al fuego e intentar acelerar una postura a favor de la salida del país del acuerdo económico norteamericano, el poderoso consejero comercial de la Casa Blanca Peter Navarro presentó un breve pero rotundo documento que vincula al NAFTA con el consumo de drogas, el aumento de la pobreza, del crimen, de los abortos y hasta de los divorcios, debido al impacto que a su entender genera en la economía y en el nivel de empleo.
Según reveló The Washington Post, el documento -que no tiene fuentes ni estudios que lo respalden- advierte sobre el debilitamiento que le provocaría al país el mantenimiento del tratado de libre comercio de América del Norte.
El documento, distribuido hace un mes entre técnicos y asesores de la Casa Blanca, muestra la profunda ideologización de la postura estadounidense en el debate del NAFTA, que esta semana terminó su cuarta ronda sin avances y se prolonga así su renegociación hasta el año próximo.
En caso de que el acuerdo fracase, dejaría atrás 23 años de libre comercio entre los tres países, que el año pasado movió 1.200 millones de dólares.
El ex embajador de Brasil en EEUU y autoridad en comercio exterior de la Federación de Industrias del Estado de Sao Paulo, afirmó a BBC Mundo que en caso de que colapsara el NAFTA habría oportunidades para Argentina y Brasil para exportar algunos productos a México.
De hecho, ese país se apresta a recibir trigo de Argentina por primera vez en su historia: 30.000 toneladas a embarcarse en diciembre.
La Administración Trump planteó en la reunión con México y Canadá que terminó esta semana una serie de condiciones que se convirtieron en grandes escollos debido al rechazo de sus socios: pretende un mayor contenido estadounidense en los vehículos (del 62,5% actual hasta el 85%) para poder considerarlos producto local; que desaparezca el actual mecanismo de resolución de controversias; y que el acuerdo termine de forma automática cada cinco años, salvo que los socios resuelvan lo contrario.
En cuanto al tema automotriz, Estados Unidos también pretende que el 50% de los materiales provengan de fábricas de su país.
Algunos estudios indican que, si se eliminara el NAFTA y el comercio bilateral pasara a regirse por reglas de la OMC, las exportaciones de EEUU a México pagarían aranceles más altos que a la inversa.
Pero los automóviles terminados en México que se venden a EEUU pasarían a tener un arancel de 2,5%, mientras que el de las camionetas aumentaría hasta un 25%.
En un escenario así, podría producirse una relocalización de industrias dentro y fuera de la región, en procura de menores aranceles.
Por el lado de México, en los últimos tiempos afianzó sus vínculos económicos con Chile, Colombia y Perú en el marco de la Alianza del Pacífico, donde el 94% del intercambio de bienes está libre de aranceles.
Fracaso en las reuniones. Luego de una semana de debates, el negociador jefe de EEUU, Robert Lighthizer, aseguró ante el ministro de Economía mexicano, Ildefonso Guajardo y la canciller canadiense, Chrystia Freeland, que el NAFTA causó un “enorme déficit comercial” en su país, y en “decenas de miles de empleos en el sector manufacturero”.
El calendario original fijaba diciembre como fecha final del proceso de renegociación del tratado, pero ahora se prolongó al menos hasta el primer trimestre del próximo año.
En Estados Unidos las opiniones están divididas: mientras que algunos sectores defienden un aumento del componente nacional para incrementar los niveles de producción nacional y empleo, más de 300 empresas estadounidenses enviaron una carta a la Casa Blanca reclamando que se mantenga dentro del NAFTA.
Incluso para The Wall Street Journal, terminar con ese tratado sería el mayor error económico desde que Richard Nixon quebró Bretton Woods e impuso controles de precios y sueldos.