El Poder Ejecutivo envió al Congreso un proyecto de ley que implica una reforma electoral. Así como está planteado, a los interrogantes que despertó sobre la seguridad y transparencia del voto, ha sumado un elemento polémico por defecto, ya que no avanza en un reclamo que tiene cada vez un consenso más amplio: la paridad.
La representación es un ejercicio para hacer visible lo real, aunque a algunos les cueste verlo. Las mujeres existimos, accionamos y somos algo bastante más importante que un mecanismo de votación.
Estamos convencidas, y también son muchos los varones que acompañan la idea de que es el momento de consagrar por ley la representación equilibrada (Una y Uno) en las listas para cargos electivos y partidarios.
La Argentina fue el primer país latinoamericano en aplicar una ley de cupo femenino.
En ocasión del actual debate, tenemos la oportunidad de producir un progreso del que vuelva a hablarse en todo el continente.
Será un avance para quienes entendemos que la idea de equidad es el núcleo en el concepto de justicia.
Estoy convencida de que con más de nosotras en los espacios de decisión, nuestra democracia será más completa, más legítima.
Más mujeres en espacios de decisión y mayor perspectiva de género probablemente conduzcan a una legislación más proclive a atender cuestiones pendientes.
Por ejemplo, a discutir una ley integral de cuidado, responsabilidad que con niños y adultos mayores recae principalmente en nosotras. A mejorar las garantías del sistema de salud, a hacer más equitativa la carga laboral y su remuneración, a abrir la accesibilidad a concursos para cargos directivos rompiendo el “techo de cristal”, a activar las leyes vigentes en lo que hace a la violencia y la discriminación.
No se trata de un interés particular sino de la propia moral pública expresada en nuestra Constitución. En su artículo 37 dice que “la igualdad real de oportunidades entre varones y mujeres para el acceso a cargos electivos y partidarios se garantizará por acciones positivas en la regulación de los partidos políticos y en el régimen electoral”.
Es un gran desafío que atraviesa fronteras partidarias. Hay varios proyectos presentados en el Congreso y todas las legisladoras estamos muy dispuestas a mejorarlos y a debatirlos.
Por eso es que fuimos capaces de construir un consenso plural alrededor de esta cuestión, desde la que después construiremos otros para seguir buscando soluciones concretas a los problemas reales que nos afectan.
“Gánenselo con militancia, no con leyes”, me escribió una mujer hace unos días. ¿Es que acaso no lo hacemos?
Que hoy seamos más del 30% en ambas cámaras tiene directa relación con la legislación. Antes no ocurrió y no por falta de mérito. Rousseau pensaba que la virtud política en una república libre se veía en la cercanía de la ley y la costumbre.
Quiero que nos acostumbremos a la paridad y no a la subordinación. Las leyes no solucionan, pero sostenidas en buenas prácticas poco a poco nos ayudan a progresar. Queremos ir juntas a la par.
Queremos que se reconozca nuestra larga historia hecha de luchas, esfuerzos y solidaridades. Trabajamos, sostenemos y cuidamos.
Queremos una sociedad en la que cada uno reciba igual respeto y en la cual cada día haya menos discriminación.
Queremos que el principio de la justicia social sea fundamento y propósito de esta reforma para que podamos vivir seguras, sanas y libres para elegir y desarrollarnos en nuestra vida.
Queremos que la paridad en la representación sea una garantía para la vigencia y progreso de los demás derechos.
Con Evita votamos por primera vez. Ahora, la inclusión de la ley de Una y Uno sería un gran paso hacia la igualdad.
Chimamanda Ngozi Adiche es una escritora nigeriana. En una charla TED dijo algo que por su sencillez y sensibilidad quiero compartir. “La definición que doy yo es que feminista es todo aquél hombre o mujer que dice: ‘Sí, hay un problema con la situación de género hoy en día y tenemos que solucionarlo, tenemos que mejorar las cosas’. Y tenemos que mejorarlas entre todos, hombres y mujeres”.
* Presidenta del Museo Evita y diputada nacional (FPV-PJ/Buenos Aires)